El Gobierno de Estados Unidos había puesto a Johnson & Johnson a cargo del complejo luego del incidente, en el que trabajadores combinaron por error los ingredientes de las vacunas de J&J y AstraZeneca Plc.
Reguladores estadounidenses también ordenaron que la farmacéutica británica dejara de utilizar la instalación.
El pedido de detener la manufactura es el último revés para Emergent y la vacuna del COVID-19 de J&J, cuyo uso ha sido suspendido en Estados Unidos mientras se estudian reportes de casos de un tipo raro de coágulo sanguíneo entre algunas personas que recibieron la inyección.
J&J no estaba disponible de inmediato para emitir comentarios.
Emergent dijo que la FDA había comenzado una revisión de la planta la semana pasada y solicitó la interrupción de la fabricación. Añadió que pondría en cuarentena el material existente fabricado en las instalaciones de Bayview, Baltimore, a la espera de que se complete la revisión y la remediación. Recientemente, el gobierno estadounidense había aumentado el pedido a Emergent por 23 millones de dólares para la expansión de la producción específica de las dosis de vacunas de J&J. J&J recurrió a los fabricantes por contrato Catalent Inc y Emergent para incrementar la producción de su vacuna y cumplir con sus objetivos de suministro global.