Lamentablemente no se trata de una situación nueva, sin embargo desconcertó a muchos vecinos ya que debido a las restricciones impuestas para las visitas al campo santo, la mayoría se enteró de los hurtos en pleno día del padre con la pena y el dolor que de por sí está fecha acarrea para todos aquellos que ya no cuentan con la guía física de este ser tan especial.
El robo de las placas, además de diversos hechos de vandalismo (rotura de vidrios, hurtos de elementos decorativos, etcétera) se registró sobre todo en la zona de los monumentos que se encuentran dispuesto en los estrechos pasillos interiores y que debido a su altura brindan un lugar de resguardo para los malvivientes inescrúpulosos que lucran robándole a los difuntos.