El dodo (Raphus cucullatus) se utiliza muchas veces en Biología como ejemplo de dos cosas: de cómo los seres humanos somos capaces de llevar a una especie a la extinción en muy poco tiempo, y de un animal que se extinguió en gran medida por ser demasiado afable y poco asustadizo. De hecho, la palabra dodo ha pasado a significar “tontorrón”.
Pero ¿y si el dodo no era tan tontorrón, tan simple, como nos han vendido? ¿Y si el motivo de su extinción tuvo mucho más que ver con la acción humana, y muy poco con que el animal tuviese poco miedo a los humanos?
Vamos a empezar recordando cuál es la versión aceptada sobre la extinción del dodo. El dodo era un ave de gran tamaño, que ofrecía mucho alimento, era torpe y no tenía miedo de los humanos. Perfecto para servir de comida a los marinos que recalaban en la isla Mauricio, de donde el dodo era natural. Los marinos fueron cazando a los dodos, de uno en uno, hasta que extinguieron a la especie, que nunca aprendió a huir de su depredador.
Pero, según parece, la imagen del dodo como un ave “gordota” está basada en los ejemplares capturados y alimentados por los humanos. En su hábitat natural, en la jungla, el dodo no sufriría de sobrepeso. De hecho, lo más probable es que fuese un ave atlética.
Y cazarla tampoco sería tan sencillo como acercarse a ella y cogerla. En su hábitat natural, para empezar, el dodo pasaría mucho más desapercibido. Y frente al primer encuentro, sería mucho más capaz de huir de los humanos.
Entonces, ¿por qué se extinguió? Por culpa de los humanos… pero de manera indirecta. Con la llegada de los marinos holandeses llegaron otros habitantes a la isla Mauricio. Principalmente ratas, que son terribles depredadores, capaces de bajar del barco y adaptarse a las condiciones presentes en las junglas de Mauricio.
Allí, las ratas comenzarían a atacar a los dodos. Sobre todo a los polluelos de dodo y los huevos. Parece que las ratas tendrían capacidad de arrasar con las poblaciones de dodos, diezmándolas y reduciendo el número de estas aves de manera significativa.