En la actualidad se utilizan materiales artificiales, estériles y se les conoce como suturas.
Un problema al usar suturas para cerrar heridas es que pueden causar cicatrices poco estéticas y los agujeros que hacen en la piel pueden aumentar el riesgo de infecciones.
Por este motivo se diseñaron pegamentos, que actúan como una barrera frente a las bacterias, pero no son tan fuertes como las suturas.
Alternativa a las suturas
Un grupo de investigadores de la Universidad de Harvard han encontrado una peculiar alternativa a las suturas y los pegamentos: los caracoles.
Estos investigadores encontraron que la baba de un caracol en particular formaba un pegamento resistente y flexible.
Los caracoles utilizan la baba que producen para mantenerse húmedos y adherirse fuertemente a las superficies. Inspirados en estas características diseñaron un pegamento con dos capas: la primera une los bordes de la herida y la segunda le da flexibilidad.
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Pegamento biológico
Este pegamento biológico se ha probado en animales y ha demostrado puede usarse en contacto con la sangre y parece que no daña las células sanas de estos organismos.
Además de funcionar como pegamento puede detener un sangrado de manera similar a los productos que hoy se encuentran en el mercado.
A diferencia de los pegamentos que se usan en la actualidad, el pegamento inspirado en la baba de caracol puede adherirse a zonas móviles, como el corazón, sellando las heridas y resistiendo la presión y el movimiento de este órgano.
Probablemente la nueva generación de pegamentos para cierre de heridas esté inspirada en algo tan natural como la baba de caracol y podrá utilizarse por los médicos en cirugías.