Al mismo tiempo, un índice de la actividad del sector de los servicios en el noreste de Estados Unidos pasó a negativo este mes por primera vez en un año, y las empresas de la zona no anticipan una mejora en los próximos seis meses.
El Índice del Mercado de la Vivienda de la Asociación Nacional de Constructores de Viviendas/Wells Fargo cayó por séptimo mes consecutivo, a 55, el nivel más bajo desde mayo de 2020, y que se compara con los 67 de junio, dijo la NAHB en un comunicado el lunes.
La medición por encima de 50 significa que los constructores ven las condiciones del mercado más favorables que malas.
La lectura de julio estuvo por debajo de las 31 estimaciones de una encuesta de Reuters entre economistas, que tenían una expectativa promedio de una disminución a 65.
La caída de 12 puntos fue la segunda mayor en la historia de la serie que data de 1985, superada sólo por el desplome de 42 puntos en abril de 2020, cuando la mayor parte del país estaba bajo un confinamiento de COVID-19.
“Los cuellos de botella en la producción, el aumento de los costos de construcción de viviendas y la alta inflación están haciendo que muchos detengan la construcción porque el costo de la tierra, la construcción y la financiación superan el valor de mercado de la vivienda”, dijo en un comunicado el presidente de la NAHB, Jerry Konter, un constructor y promotor de viviendas de Savannah, Georgia.
LAS TASAS MUESTRAN SU EFECTO
El informe de la NAHB es el primero de una serie de datos que se publicarán esta semana sobre la débil salud de un mercado de la vivienda que estuvo en auge durante gran parte de la pandemia.
Los estadounidenses que buscaban más espacio para vivir, a menudo fuera de las ciudades, y que tenían dinero gracias a los pagos de ayuda por la pandemia, a las grandes ganancias en la bolsa y el acceso a hipotecas con tipos de interés mínimos, hicieron que el mercado de la vivienda se disparara y que los precios de las casas subieran a partir del verano de 2020.