Otro síntoma común de la depresión que a veces se pasa por alto es la sensación de que las cosas que antes nos gustaban ya no resultan interesantes o placenteras.
Conocido como anhedonia, este síntoma está presente en hasta el 75 % de los adultos y jóvenes con depresión. Pero a pesar de lo común que es este síntoma, sigue siendo uno de los más difíciles de tratar y manejar.
Pérdida de placer
La anhedonia se define como la reducción del interés o el placer en todas –o casi todas– las actividades que una persona disfrutaba previamente. Si una persona experimenta anhedonia durante un periodo prolongado (al menos dos semanas seguidas), se le puede diagnosticar depresión, aunque no se sienta triste ni decaída.
Aunque se asocia principalmente a la depresión, la anhedonia también puede ser un síntoma de otros trastornos, como la esquizofrenia, la ansiedad y la enfermedad de Parkinson.
En las entrevistas en profundidad que mis colegas y yo realizamos a jóvenes sobre la depresión, muchos describieron la anhedonia no sólo como una pérdida de alegría, sino también como una menor motivación para hacer cosas. Para algunos, esta falta de motivación sólo estaba relacionada con cosas concretas, como ir al colegio o ver a los amigos. Pero para otros era más grave y sentían que no querían hacer nada en absoluto, ni siquiera vivir.
Pero a pesar de lo preocupante que puede ser la anhedonia, no suele ser el objetivo principal del tratamiento de la depresión.
Se recomienda que los casos de depresión leve se traten con terapia hablada. A las personas con casos más moderados o graves de depresión se les pueden recetar antidepresivos. Aunque todos estos tratamientos pretenden ayudar a los pacientes a afrontar y superar los síntomas, más de la mitad de las personas con depresión no responden al primer tratamiento recomendado. Incluso después de cambiar de tratamiento, aproximadamente el 30 % de los pacientes siguen experimentando síntomas.