Las elecciones a alcaldías, celebradas el domingo, suponen una nueva prueba electoral para la plétora de partidos de Italia antes de las elecciones parlamentarias del próximo año.

El bloque de centro-derecha formado por la Liga de Salvini, los Hermanos de Italia y Forza Italia, liderada por el ex primer ministro Silvio Berlusconi, parecía dirigirse a la victoria en la mayoría de las 26 capitales de provincia y regionales en juego.

Ya gobernaba muchas de estas ciudades, como Génova y L’Aquila, pero arrebató la capital siciliana, Palermo, a una alianza de grupos de centro-izquierda, entre ellos el Partido Democrático.

En la ciudad norteña de Verona, tradicional bastión conservador, su candidato, el exinternacional de fútbol Damiano Tommasi, se situaba a la cabeza, después de que el centro-derecha no lograra unirse a un candidato común.

Sin embargo, Tommasi no consiguió la mayoría absoluta, por lo que se enfrentará a una segunda vuelta el 26 de junio, dando a sus oponentes otra oportunidad de unirse en torno a un único aspirante.

Aunque los partidos tienden a presentarse en alianzas múltiples en las elecciones locales en Italia, los votantes señalan sus preferencias individuales, revelando la fuerza relativa de los distintos grupos implicados.

Gran parte de la atención se centrará en saber si los Hermanos de Italia, una formación de extrema derecha encabezada por Giorgia Meloni, consiguen mantener la ventaja de siete puntos sobre la Liga de Salvini que ha acumulado en los últimos sondeos de opinión.

En caso de que el centro-derecha gane la votación parlamentaria del próximo año, el partido predominante decidirá quién debe ser primer ministro. La Liga era el líder indiscutible del bloque hasta el año pasado, cuando una serie de pasos en falso de Salvini hizo que su apoyo se redujera drásticamente.

El domingo recibió un nuevo revés, ya que los italianos rechazaron el referéndum sobre los cambios en el sistema judicial, que Salvini había defendido personalmente. Solo el 20,9% de los votantes votó, muy por debajo del umbral del 50% necesario para que el resultado sea válido.