La actividad económica se contrajo 1,4% en el segundo trimestre del año, con relación al trimestre previo, esto es, en la medición en términos desestacionalizados.
Por su parte, en comparación al segundo trimestre de 2020, se observó un crecimiento de 17,9%, reveló esta tarde el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
No sorprende el salto registrado en el cotejo interanual, debido a la baja base de comparación en el contexto de las restricciones impuestas por la pandemia de coronavirus, con una expansión importante de la inversión (76,6%).
Esto es un espejo, especialmente, de la evolución de la actividad de la construcción, con freno casi total en 2020 en el segundo trimestre y actividad operando a velocidad crucero en la actualidad.
Pero justamente, el derrotero de la inversión es la que permite comprender por qué el PBI tuvo una caída del 1,4% en lo que se refiere al período enero-marzo.
Es que los diversos componentes de la demanda agregada se movieron en terreno positivo, tal es el caso del consumo privado, que tuvo un crecimiento de 1% con relación al primer trimestre del año, mientras que el consumo público creció 0,5%. Por su parte las exportaciones avanzaron 5,7% y las importaciones 5,4%.