Los dispositivos celulares suelen recalentarse frecuentemente luego de mucho tiempo de uso, y algunos modelos específicos suelen restringir su uso cuando detectan una elevación en la temperatura, pero existen varias alternativas sobre este fenómeno.

Las principales características que presenta el recalentamiento de los celulares es que puede dañar la batería de los dispositivos y generar que duren menos tiempo que el estimado, o puede producir que dejen de funcionar.

Uno de los principales inconvenientes dentro de los daños que se producen en los celulares es debido a errores en el uso del cargador y la estrategia para cargarlo, debido a que muchos esperan que se descargue por completo y luego empezar a cargarlo o utilizar fuentes alternativas.

Si el cargador utilizado es defectuoso, puede generar más calor y adelantar el proceso de sobrecalentamiento. Uno de los fenómenos más comunes es que las fallas internas se produzcan por el paso de tiempo, o porque no sea el adecuado con respecto al que llega de fábrica con el dispositivo.

Otro de los inconvenientes pueden desatarse por el tomacorriente de la pared, que al tener una potencia máxima de funcionamiento, si existen varios equipos conectados al mismo enchufe, es probable que los cargadores sufran un sobrecalentamiento.

En algunos casos, los inconvenientes técnicos no tienen que ver con los cargadores de los dispositivos, y si con las baterías de los mismos, motivo por el cual, implica en la falla de los cargadores.

Hay que tener en cuenta también que si se usa un cargador con una potencia de salida inferior a la del celular, se genera una exigencia que se traduce en calentamiento excesivo, pero que si se utiliza el cargador “original” del mismo se ahorra este inconveniente a mediano plazo.

Aunque parezca extraño, cuando la batería del móvil llega al total de su capacidad, se deteriorará. Cada 100 puntos porcentuales, es un ciclo, es decir, cada vez que se enchufa pierde un lapso de vida. Los que conocen del tema, dicen que la mejor opción es que la carga entre el 20 y 80-85 por ciento.

Enchufar el aparato y dejarlo descargas sin ningún fin, disminuye muchísimo la capacidad inteligente del teléfono. De este modo se genera un proceso de degradación que podría no encender más el sistema operativo.

Las baterías son muy sensibles a los cambios extremos de condiciones ambientales, por eso se dice que una acción de este tipo degrada la potencia y hasta incluso puede quemarla.