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Salud
10/09/2025

Los edulcorantes artificiales podrían acelerar el deterioro cognitivo

Los edulcorantes artificiales podrían acelerar el deterioro cognitivo
En menores de 60 años. Una investigación publicada en Neurology reveló que sustitutos del azúcar pueden afectar las funciones cerebrales a largo plazo.

En un mundo cada vez más consciente de los efectos del azúcar en la salud, los edulcorantes artificiales se posicionaron como una alternativa popular para endulzar sin sumar calorías.

Sin embargo, una investigación reciente publicada en la prestigiosa revista Neurology encendido las alarmas al sugerir que estos sustitutos del azúcar podrían tener un impacto negativo en la salud cerebral, al acelerar el deterioro cognitivo en personas menores de sesenta años.

El estudio, llevado a cabo por un equipo de neurocientíficos y especialistas en nutrición, realizó un seguimiento a largo plazo a un grupo de más de 3000 adultos durante cerca de una década.

Los participantes, con edades comprendidas entre los 30 y los 60 años al inicio de la investigación, fueron evaluados periódicamente mediante pruebas cognitivas estandarizadas que medían memoria, atención, velocidad de procesamiento y función ejecutiva.

Bajo la lupa
El estudio evaluó siete compuestos utilizados como edulcorantes y alcoholes de azúcar: aspartamo, sacarina, acesulfamo-K, eritritol, xilitol, sorbitol y tagatosa.

Estos ingredientes forman parte de productos ultraprocesados como refrescos, aguas saborizadas y postres bajos en calorías, así como de endulzantes de mesa.

La investigación resalta su frecuente consumo entre personas que buscan disminuir la ingesta de azúcar, en particular quienes padecen diabetes.

La muestra incluyó 12.772 adultos brasileños con una edad promedio de 52 años, quienes participaron en el Estudio Longitudinal Brasileño de Salud del Adulto entre 2008 y 2019. Al inicio, los participantes completaron cuestionarios precisos sobre su dieta durante el último año, que permitieron clasificar a los individuos en tres grupos de acuerdo con la cantidad total diaria de edulcorantes consumidos.

El grupo de menor consumo promedió 20 mg al día, el de mayor consumo llegó a 191 mg diarios (equivalente a una lata de refresco light), y el sorbitol fue el más consumido, con un promedio de 64 mg al día.

Durante los ocho años, los participantes realizaron pruebas para evaluar memoria, lenguaje, fluidez verbal, memoria de trabajo, evocación de palabras y velocidad de procesamiento en tres momentos distintos.

Tras ajustar variables como edad, sexo, hipertensión y presencia de enfermedades cardiovasculares, los resultados publicados en Neurology demostraron que quienes consumieron más edulcorantes presentaron un deterioro cognitivo un 62% más rápido, lo que corresponde aproximadamente a 1,6 años adicionales de envejecimiento cerebral.

El grupo intermedio mostró un deterioro un 35% más rápido, equivalente a 1,3 años de envejecimiento.

¿Cómo afectan al cerebro? Impacto diferenciado por edad y género
Los investigadores proponen varios mecanismos posibles a través de los cuales los edulcorantes artificiales podrían estar impactando la salud cerebral. Uno de los más destacados es su efecto sobre la microbiota intestinal.

Estudios previos han demostrado que estos compuestos pueden alterar la composición de las bacterias intestinales, lo que a su vez afecta la producción de neurotransmisores clave para la función cognitiva, como la serotonina y el GABA.

Además, se cree que los edulcorantes artificiales podrían interferir con los mecanismos de regulación del azúcar en la sangre, provocando picos de insulina que, con el tiempo, contribuyen a la resistencia a la insulina en el cerebro.

Esta condición se ha vinculado con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades neurodegenerativas, ya que las células cerebrales se vuelven menos eficientes para utilizar la glucosa, su principal fuente de energía.

Otro aspecto relevante es el efecto en los receptores del dulzor. Al ser mucho más potentes que el azúcar natural, los edulcorantes artificiales podrían sobreestimular estos receptores, alterando la percepción del gusto y afectando indirectamente a regiones cerebrales vinculadas con la recompensa y el placer.

Un hallazgo particularmente interesante del estudio es que el efecto negativo se observó principalmente en personas menores de 6 años.

Los investigadores sugieren que los cerebros más jóvenes podrían ser más vulnerables a estos compuestos, posiblemente porque están expuestos a ellos durante períodos más prolongados de su vida.

En contraste, los adultos mayores no mostraron el mismo patrón de deterioro, lo que podría indicar que el impacto es acumulativo y depende de la duración de la exposición.

Diferencias entre los endulzantes
El análisis detallado indicó que el vínculo entre el uso de edulcorantes y el deterioro de la función cerebral fue más marcado en personas con diabetes.

Los resultados revelaron una correlación preocupante: aquellos participantes que reportaron un consumo regular y elevado de edulcorantes artificiales -especialmente aspartamo, sucralosa y sacarina- mostraron una disminución significativamente mayor en sus capacidades cognitivas en comparación con quienes evitaban estos productos o los consumían esporádicamente.

Al analizar cada compuesto, la investigación relacionó el aspartamo, la sacarina, el acesulfamo-K, el eritritol, el xilitol y el sorbitol con un deterioro acelerado de la cognición global, especialmente la memoria.

Sin embargo, la tagatosa no mostró asociación con deterioro cognitivo. La doctora Claudia Kimie Suemoto, profesora de la Universidad de Sao Paulo y autora principal, afirmó a la Academia Estadounidense de Neurología: “Los edulcorantes bajos en calorías o sin calorías suelen considerarse una alternativa saludable al azúcar; sin embargo, nuestros hallazgos sugieren que ciertos edulcorantes pueden tener efectos negativos en la salud cerebral con el tiempo”.

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