El Día del Niño, una celebración que se ha institucionalizado en la cultura argentina, regresará en este año a su fecha tradicional, el 10 de agosto, coincidiendo con el segundo domingo de dicho mes. Este cambio representa un retorno a la costumbre que se había mantenido hasta el año 2012, antes de que la festividad se trasladara al tercer domingo de agosto para evitar superposiciones con las elecciones primarias, conocidas como PASO.
Desde la Cámara Argentina de la Industria del Juguete (CAIJ), se ha expresado que el reestablecimiento de la fecha original es favorable desde una perspectiva económica. Según sus declaraciones, la proximidad del Día del Niño con el cobro de los sueldos podría incentivar a las familias a realizar compras para esta celebración. Sin embargo, el contexto actual presenta un matiz complejo, ya que la última vez que el festejo tuvo lugar el 10 de agosto fue en 2012, lo que genera un cambio significativo en la planificación comercial de los sectores involucrados.
En Tucumán, el referente de la actividad juguetera, Roberto Guini, ha manifestado su preocupación respecto a esta modificación. Según Guini, el ajuste de la fecha podría no ser beneficioso para el comercio, ya que el juguete destinado a esta celebración suele ser adquirido con antelación. La reducción del tiempo disponible para realizar compras podría impactar negativamente en las ventas, argumentó el empresario en una entrevista con el medio local Los Primeros.
Además, Guini destacó que la industria de los juguetes enfrenta desafíos adicionales, más allá del simple contexto económico. Ha comenzado a observarse un cambio en las preferencias de los niños, lo que añade un nivel de complejidad a la oferta disponible en el mercado. Con una gama de productos cada vez más diversa, se torna complicado para los comerciantes anticipar los gustos de sus jóvenes clientes. A pesar de que algunos precios han mostrado una tendencia a la baja y ciertos artículos se han vuelto más accesibles en comparación con el año anterior, la sostenibilidad de las ventas aún se presenta como una cuestión incierta.
En resumen, el regreso a la fecha original del Día del Niño puede ofrecer ventajas en términos económicos, pero también plantea retos significativos para los comercios, quienes deben adaptarse a un entorno que cambia rápidamente y a una variabilidad en las preferencias de los consumidores.
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