Tras lo sucedido en julio del año pasado, cada caída de Marc Márquez despierta la preocupación en el Moto GP y en todos aquellos fanáticos que lo siguen alrededor del mundo. Lo ocurrido en las últimas horas en el circuito de Assen no escapa a esa apreciación: salió despedido de su motocicleta a 130 km/h y la suerte estuvo de su lado.
El accidente del piloto español del 28 años ocurrió durante los entrenamientos de este viernes de cara a lo que será el GP de Países Bajos, la 9ª fecha del calendario de la principal competencia de motociclismo. Márquez perdió el control de su vehículo en una curva, salió volando, hizo un giro y recorrió varios metros derrapando. Los servicios médicos acudieron al lugar inmediatamente y Marc se levantó con claros síntomas de dolor. Por suerte, salió ileso.
“Desde Jerez 2020 no se veía una caída así. Desde el primer momento que me subí a la moto, el doctor me dijo que había la misma posibilidad de que se rompiera que el otro brazo. Si no, no me dejaba subirme. Es verdad que no está al cien por cien consolidado el hueso aún por dentro, pero aguanta mucho. Vale más no ponerlo a prueba, pero este año he tenido dos caídas fuertes: en Jerez, en el tercer libre, y esta. Por el momento, he salido ileso. Te alivia. Nunca lo quiero, pero ahora otra lesión no quiero ni pensarlo”, explicó el corredor en declaraciones que recogió el diario Marca. Sus referencias a Jerez estaban enfocadas a lo sucedido en el 2020, cuando se fracturó el húmero derecho, y a la caída de este año en ese mismo lugar durante los ensayos.
Márquez debió someterse a una operación para que le coloquen 12 clavos en el húmero derecho tras esa brutal caída. Reapareció en Portugal en abril de este año y rompió en llanto la última semana luego de ganar su primera carrera en el GP de Alemania.
Por eso, esta caída alarmó a todos: “Ha sido muy lenta. Ha empezado a irse la rueda de atrás y he intentado no cortar del todo gas porque si cortas del todo, normalmente, sales por los aires. He intentado a ver si el control de tracción actuaba para superar la derrapada, pero no ha actuado. He salido volando y a la grava. Me dolía todo. He ido probándome todo: primero el brazo, luego, la pierna, que me dolía más. He visto que sólo eran golpes. Mañana estaré un poco magullado, pero no será ningún problema para el fin de semana”.
Sin embargo, y tras reconocer que se siente “afortunado” por salir ileso, apuntó contra una falla en su equipo: “No soy el único de Honda que ha tenido este tipo de caídas. Necesitamos arreglarlo para este año, para el próximo Gran Premio. Si no, alguno no va acabar la temporada. En ese punto no esperaba caer porque es un sitio donde todos los pilotos de Moto GP vamos contra la electrónica y la electrónica es quien nos para ese tipo de caídas, a no ser que tú inclines mucho más la moto, que no hagas un movimiento con el cuerpo que no toque, pero no ha sido el caso. Simplemente, ha empezado a patinar la rueda y no me ha parado nada la electrónica. Ese es un punto donde estoy empujando muchísimo a los ingenieros para mejorarlo de cara al futuro porque sólo los pilotos de Honda estamos teniendo ‘highsides’”.