La Justicia reconstruyó el brutal asesinato de un individuo, a quien su primo atacó con un bloque en la cabeza mientras ingerían bebidas alcohólicas en el Bº Villa Raquel, el 21 de septiembre del 2020 y falleció al día siguiente en el CIS de La Banda.

La víctima resultó Rolando Daniel “Gringo” Trejo, de 27 años, y el imputado es Héctor Fernando Paz, “Chichí”, de 19 años, imputado por homicidio simple, reprimido con penas mínimas de 8 y máximas de 25 años de prisión.

Según la investigación que lleva adelante el fiscal Pablo Moya, víctima y victimario bebían y fumaban marihuana junto a otros sujetos detrás de la Escuela Los Pinos, sobre calle Héctor Soria, y estalló una pelea entre los dos primos.

La versión que ofreció Paz es que el “Gringo” quiso retirarse llevándose la cajita con vino. Él se opuso y la víctima amenazó con patear la cajita y dejarlos sin alcohol. Entonces se habría producido el descontrol total, amplió el imputado al ser indagado.

Furia y sangre

Habrían peleado y Paz recogió un bloque y atacó al primo golpeándolo en la cabeza. Después huyó. El damnificado fue conducido al CIS de La Banda y dejó de existir el 22 de septiembre.

Pese a que Paz dijo que fue un ladrillazo, la víctima fue ingresada al centro de salud con una grave lesión en un ojo y en distintas partes del cráneo. “Traumatismo de cráneo cerrado, hemorragia con sangrado debajo de la capa del cerebro, así como también hemorragia digestiva del pulmón derecho”, fue el informe médico posterior.

La muerte del “Gringo” generó una investigación y la posterior detención del adolescente, quien indicó que no pensó que un ladrillazo “fuera para tanto”, es decir, que podría matar.

A contrarreloj

Siete meses después Paz sigue preso. Fue conducido ayer a la reconstrucción y todo indica que en los próximos meses la causa será elevada a juicio oral.

En la reconstrucción, la Fiscalía escuchó las dos versiones. Por la familia de la víctima asistió el querellante, Héctor Ferrando, quien juzgó que el proceso se regirá por un “homicidio simple”. Asimismo, son considerados vitales los testimonios de dos amigos de los protagonistas, vecinos del Bº Independencia, testigos presenciales del horror.