Los precios de los bonos del Tesoro de Estados Unidos a 10 años se han disparado, reduciendo los rendimientos 8 puntos básicos el martes, su segunda mayor caída diaria de 2021. La subida de los valores se aceleró el miércoles y los retornos quedaron justo por debajo del 1,3%, su nivel más bajo en más de cuatro meses.
Los rendimientos de los gilts británicos cayeron a un mínimo similar, mientras que los de los bunds alemanes -que parecían estar a punto de superar el 0% en mayo- retrocedieron al -0,3%.
Se han ofrecido varias explicaciones: una presión sobre los inversores que habían apostado por la subida de los rendimientos, unos datos económicos más débiles de lo esperado y la preocupación por las variantes del COVID.
Detrás del ruido, el mensaje real de los mercados de bonos soberanos -seguidos de cerca por los responsables políticos y los inversores porque son una señal clave de las tendencias económicas- es claro: el crecimiento económico, aunque más firme, parece haber tocado techo y cualquier repunte de la inflación será probablemente transitorio.
“Los mercados han pasado de pensar que el crecimiento es fuerte y la inflación podría serlo a decir que el crecimiento ha tocado techo y que la inflación es transitoria”, dijo Guy Miller, estratega jefe de mercado de Zurich Insurance Group.
El giro en los mercados de bonos puede no encajar con el mensaje de la Reserva Federal de Estados Unidos, que acaba de cambiar a un sesgo de endurecimiento y ha adelantado su trayectoria de subidas de tasas.
Pero incluso con ese cambio, la Fed no espera empezar a subir las tasas hasta 2023 y, al igual que otros grandes bancos centrales, ha subrayado que mirará más allá de cualquier aumento de corto plazo de las presiones sobre los precios.