El objetivo concierne a “todo el ciclo de vida del coche”, por tanto su producción y uso, explica en un comunicado la empresa, bajo presión como todo el sector del automóvil para reducir rápidamente su impacto climático.
El fabricante de la lujosa Clase S, o EQS en su versión eléctrica, apunta a una parte de los automóviles híbridos y eléctricos entre las ventas mundiales de al menos el 50% en 2025. Tiene la intención de pasar al todo eléctrico de aquí a 2030 “donde las condiciones del mercado lo permitan”.
En cuanto a la producción, el grupo espera cubrir el 70% de sus necesidades de energía con fuentes renovables, en particular instalando turbinas eólicas o paneles solares en sus instalaciones.
“La mayor palanca para reducir las emisiones de CO2 es la batería” de los vehículos eléctricos, la cadena de suministro y la producción que representan “más de la mitad de las emisiones de CO2 del ciclo de vida” de un coche, explica el grupo, que apuesta por una producción que utilice energías renovables y nuevas tecnologías menos contaminantes, como baterías más densas.
La proporción de materiales reciclados en los modelos Mercedes debe, por otra parte, alcanzar un 40% de aquí a 2030.
Mercedes ha sido acusado de retrasarse en el giro a lo eléctrico, sobre todo frente al competidor y pionero Tesla, y ahora está invirtiendo decenas de miles de millones de euros.
Volkswagen anunció el año pasado el objetivo de reducir las emisiones de CO2 en un 30% para 2030, en comparación con 2018.