“La inflación inaceptablemente alta y persistente sigue siendo el principal reto al que se enfrenta la economía estadounidense”, dijo Mester.
“A pesar de cierta moderación en el lado de la demanda y de los incipientes signos de mejora en las condiciones del lado de la oferta, no ha habido ningún progreso en la inflación”, agregó.
La Fed elevó en septiembre el rango de la tasa de interés a entre el 3% y el 3,25% y previó más aumentos para el próximo año.
“La política monetaria está entrando en territorio restrictivo y tendrá que estar ahí durante algún tiempo para poner la inflación en una senda descendente sostenida hacia nuestro objetivo del 2%”, dijo Mester, que añadió: “No preveo ningún recorte en el rango objetivo de los tipos de interés de la Fed el próximo año”.
Mester no comentó el tamaño del alza de tasas que espera en la próxima reunión del FOMC y dijo que esa decisión y el rango máximo de las tasas “dependerá de las perspectivas de inflación, que dependen de la evaluación de la rapidez con la que la demanda agregada y la oferta vuelven a un mejor equilibrio y se están reduciendo las presiones sobre los precios”.
Mester dijo que la inflación debería bajar al 3,5% el próximo año y volver al objetivo del 2% de la Fed en 2025. El indicador de presión de precios preferido por la Fed, el índice de precios de los gastos de consumo personal, se situaba en agosto en el 6,2% respecto a hace un año.
La funcionaria sostuvo que la trayectoria probable de la política de la Fed deprimirá la actividad en relación con la trayectoria reciente y empujará la tasa de desempleo, ahora en el 3,5%, hasta el 4,5% el próximo año y más en 2024.
“Con un crecimiento muy por debajo de la tendencia en los próximos dos años, es posible que un choque empuje a la economía estadounidense a la recesión durante un tiempo”, dijo Mester.