Gerardo Werthein sigue avanzando con cambios importantes en la Cancillería argentina. En los últimos días se decidió que Roberto Bosch será desplazado como embajador en Madrid y que Pablo Piñeiro Aramburu dejará su cargo como consul general en Nueva York.
Bosch ya fue notificado de la decisión aunque todavía no se emitió la resolución interna que lo efectiviza, caso contrario a lo que sucede con Piñeiro Aramburu, a quien ya sí se le emitió la orden de traslado de regreso a Buenos Aires.
Los motivos de los desplazamientos varían entre uno y otro, pero se dan en un contexto de reestructuración del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto y mientras se terminan de afinar el nuevo organigrama que estará por debajo de Werthein y en las representaciones argentinas en el exterior.
Roberto Bosch es un diplomático de carrera que había sido el número dos de Ricardo Alfonsín en la embajada argentina en Madrid durante el gobierno de Alberto Fernández. Al llegar al Palacio San Martín, Diana Mondino había decidido ascenderlo en el cargo, algo que no fue bien visto por el gobierno de Pedro Sánchez, que ya estaba enemistado con Javier Milei.
Durante su estadía en la capital española, Bosch tuvo fuertes cortocircuitos con el agregado comercial de la embajada, Alejandro Nimo, un hombre cercano a Sergio Massa que fue nombrado con la administración anterior y que logró generar un buen vínculo con el mundo empresarial de España.
La embajada de España es una representación muy política, por los históricos vínculos económicos y sociales que unen a los dos países. Muchos ven este movimiento, además de lo comercial, como algo natural teniendo en cuenta el cambio de canciller. Mondino impulsó a Bosch, Werthein hará lo suyo.
Es ahí donde empiezan a emerger nombres para ocupar el cargo de embajador. Como siempre ocurre en estos casos, aparecen los “autopostulados”. Aunque, todavía el reemplazante no está definido aunque podría ser un hombre de los negocios, tanto como sucedió con Alejandro Oxenford en Washington.