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Salud
30/03/2022

Nueva y eficaz técnica de salud pública: análisis de heces

Nueva y eficaz técnica de salud pública: análisis de heces
La vigilancia de las aguas residuales está resultando tan útil que muchos investigadores y funcionarios de salud pública dicen que debería convertirse en una práctica estándar en el seguimiento de enfermedades infecciosas

Una de las primeras tareas del día de Patrick Green es abrir un grifo y llenar una botella con lodo.

Como operador de una planta de servicios públicos en Modesto, una ciudad de casi un cuarto de millón de habitantes en el Valle de San Joaquín, en California, Green ayuda a mantener el flujo de las alcantarillas de la ciudad y el tratamiento de sus aguas residuales a niveles de seguridad aceptables.

Pero en los últimos meses, Green y sus colegas han sumado a sus tareas la investigación de covid-19.

En la planta de tratamiento donde convergen las tuberías de alcantarillado de Modesto, se filtran los artículos más grandes, desde toallitas húmedas para bebés que no se deben tirar por el inodoro, hasta piezas de automóviles. Lo que queda se lleva a una tina gigante, donde los sólidos se depositan en el fondo.

Los investigadores extraen muestras de ese lodo oscuro de 3 pies de profundidad en busca del SARS-CoV-2, el virus que causa covid.

En todo el país, académicos, empresas privadas, departamentos de salud pública y operadores de plantas de tratamiento de aguas residuales han estado trabajando para perfeccionar esta nueva herramienta de salud pública, con usos que podrían ir mucho más allá de covid.

La vigilancia de aguas residuales no es un concepto nuevo, pero la escala y el alcance de la pandemia actual han hecho que la técnica saltara los estrechos muros de la investigación académica para un uso público más amplio, como una herramienta crucial para el seguimiento a nivel comunitario de los aumentos repentinos de casos de covid, y las nuevas variantes.

La vigilancia de las aguas residuales está resultando tan útil que muchos investigadores y funcionarios de salud pública dicen que debería convertirse en una práctica estándar en el seguimiento de enfermedades infecciosas, como ya ocurre en muchos otros países.

Pero si eso sucede, y las comunidades que puedan implementarla, depende de la capacidad de la nación para ampliar enormemente el enfoque y hacerlo viable tanto en comunidades ricas como pobres.

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