Desde que se detectaron los primeros casos de ómicron el 27 de noviembre en el Reino Unido, el primer ministro Boris Johnson ha impuesto restricciones más severas y dijo a la nación el domingo que se avecinaba una “oleada” de ómicron.
Reino Unido dice que si no se toman medidas podría haber un millón de personas infectadas por ómicron a finales de mes.
“Se está extendiendo a un ritmo vertiginoso, algo que nunca habíamos visto antes, el número de infecciones se duplica cada dos o tres días”, dijo el secretario de Sanidad, Sajid Javid, a Sky News.
“Eso significa que nos enfrentamos a un maremoto de infecciones, estamos una vez más en una carrera entre la vacuna y el virus”.
La libra caía un 0,4% a 1,3225 dólares, mientras que se mantenía prácticamente estable frente al euro a 85,29 peniques.
Johnson, que está lidiando con una rebelión en su partido sobre las medidas para frenar el ómicron y la indignación por las supuestas fiestas en su oficina de Downing Street durante los confinamientos del año pasado, dijo que la gente debería acudir a recibir vacunas de refuerzo para proteger “nuestras libertades y nuestra forma de vida”.
Después de que el COVID-19 se detectara por primera vez en China a finales de 2019, Johnson recibió críticas por resistirse inicialmente al confinamiento.
También se ha enfrentado a las críticas por los errores en la transferencia de pacientes a las residencias de ancianos, y por la creación de un costoso sistema de pruebas y rastreos que no logró detener una segunda ola mortal.
En todo el mundo, el COVID ha matado a 5,3 millones de personas, ha arrasado con billones de dólares de producción económica y ha puesto patas arriba la vida cotidiana.