José Geréz y Franco Gómez circulaban con el patrullero por el barrio Lola Mora y se detuvieron de inmediato en la avenida Pedro Miguel Aráoz, antes de llegar a la avenida Papa Francisco, debido a los pedidos de auxilio de unos padres desesperados por el grave estado de salud de Milagros, la hija de apenas siete meses.

“Estábamos de turno y había mucho movimiento. Vimos a dos personas que corrían y pedían auxilio a los gritos. Tenían una bebé de siete meses en brazos. La madre me dijo que niña había aspirado viruta de lápices jugando con los hermanitos”, comentó Geréz.

En tanto, Gómez afirmó, “Tomé a la bebé, la sujeté del pecho y le hacía masajes en la espalda de acuerdo a lo que aprendimos en la Escuela de Suboficiales. Ella no respiraba. Mientras intentaba reanimarla, íbamos hasta el hospital de Niños y se la entregamos a los médicos”.

Además, el comisario Rufino Medina, a cargo de la división, dijo sentirse “orgulloso de los efectivos que salvaron la vida de la bebé”. Y recalcó la importancia de la realización de cursos de reanimación en la policía.