El reciente cierre de una estación de GNC en la provincia de Tucumán ha suscitado una serie de inquietudes en el sector de combustibles. Esta estación, ubicada en la intersección de la avenida Catamarca y España, ha dejado de operar, lo que ha llevado al retiro de los surtidores de las islas de carga. Asimismo, se ha clausurado el bar que funcionaba dentro del complejo, un lugar frecuentado diariamente por taxistas que solían utilizar sus servicios.

Desde la Cámara de Comerciantes Derivados del Petróleo, Gas y Afines (Capega), se comunicó al programa Los Primeros que la estación ha cerrado de manera definitiva. Se informó que esta decisión proviene de un grupo empresarial que posee varias estaciones de servicio y que, en el marco de una reestructuración, busca centralizar operaciones y reducir costos. Esta medida, aunque comprensible desde una perspectiva empresarial, genera incertidumbre en la comunidad local, que se ve afectada por la pérdida de un servicio esencial.

Por otro lado, la situación laboral de los empleados de la estación permanece incierta. Hasta el momento, no hay información clara sobre si los trabajadores han sido despedidos o si han sido reubicados en otros puestos dentro del grupo empresarial. Esta falta de información agrega un elemento de preocupación para aquellos que dependían de su trabajo en la estación de GNC. Finalmente, el futuro del predio que ocupaba la estación es otro aspecto que queda en el aire.

Actualmente, el lugar presenta un aspecto desolado, y no se han hecho anuncios sobre posibles proyectos o planes para su reutilización. En un contexto donde el sector energético enfrenta diversos desafíos, el cierre de esta estación de GNC pone de manifiesto las dificultades que atraviesa la industria y el impacto que estas decisiones pueden tener en la vida cotidiana de los ciudadanos.