El marroquí Yassin Kanjaa, de 25 años, afronta al menos un cargo de “asesinato con agravantes con intención terrorista” y varios de lesiones corporales con agravantes después de que presuntamente matara a un sacristán e hiriera a cuatro personas en la ciudad de Algeciras el miércoles, informó el alto tribunal en un comunicado.

Kanjaa estaba bajo custodia desde que fue detenido poco después de la agresión, la primera perpetrada por supuestos militantes islamistas en España desde 2017, cuando 16 personas murieron y casi 200 resultaron heridas en una serie de ataques en la región de Cataluña.

Los delitos podrían conllevar una sentencia de cadena perpetua, dijo la Audiencia Nacional. “Las pruebas reunidas apoyan la clasificación de los actos de Yassin Kanjaa como un ataque yihadista dirigido tanto contra sacerdotes que profesan la fe de la Iglesia católica como contra musulmanes que, en su opinión, no siguen los preceptos del Corán”, detalló.

El tribunal explicó que una de las presuntas víctimas era un marroquí al que Kanjaa consideraba “infiel” y creía musulmán converso, sin dar más detalles. También concluyó que el detenido probablemente actuó solo y reveló que los servicios de inteligencia de la policía desconocían sus supuestas intenciones antes del atentado.

“No había estado implicado en ningún tipo de altercado o incidente que pudiera haber dado lugar a ningún tipo de acción policial”, según un informe policial enviado al tribunal.

Los investigadores describieron a Kanjaa como inestable y creían que pasó por un proceso acelerado de autorradicalización, informó el lunes la policía, que entrevistó a personas que lo conocían, quienes afirmaron que experimentó un cambio total de actitud en el mes o mes y medio anterior al atentado.

Sus compañeros de piso dijeron que Kanjaa, que solía beber alcohol y fumar hachís, en un momento dado cambió radicalmente sus hábitos y empezó a escuchar grabaciones del Corán en su móvil.