Ayuda al cuerpo y cerebro a recuperarse del estrés del día, mejora el desempeño y la toma de decisiones, permite mantenerse alerta, e incluso favorece la defensa del organismo contra enfermedades. A pesar de ser una actividad que realizamos diariamente, se encuentra rodeada por diferentes mitos y creencias erróneas. Aquí repasamos qué dice la ciencia acerca del sueño.
Mito 1: Todos necesitamos dormir 8 horas
Esto no es cierto. Como sucede con otros aspectos de la biología humana, no existe un enfoque único para dormir. Normalmente, se recomienda que los adultos jóvenes y sanos duerman entre 7 y 9 horas diarias, sin embargo, las recomendaciones generales para dormir difieren según la edad:
Recién nacidos: entre 16 y 18 horas al día.
Niños en edad preescolar: entre 11 y 12 horas al día.
Niños en edad escolar: al menos 10 horas al día.
Adolescentes: entre 9 y 10 horas al día.
Adultos (incluyendo adultos mayores): entre 7 y 9 horas al día.
Mito 2: Dormir poco no repercute seriamente sobre la salud
Dormir mal un día eventualmente no significa un peligro para la salud, sin embargo, cuando existe una dificultad constante para conciliar o mantener el sueño se puede estar ante un caso de insomnio.
Este trastorno afecta la energía y el estado de ánimo, así como el desempeño, la salud y la calidad de vida. El insomnio puede ser agudo, y durar un par de días o semanas, o crónico, y durar un mes o más. Entre sus principales síntomas se halla:
Dificultad para conciliar el sueño durante la noche.
Despertarse durante la noche o muy temprano.
No sentirse bien descansado después de dormir por la noche.
Sufrir cansancio o somnolencia diurnas.
Tener irritabilidad, depresión o ansiedad.
Tener problemas para prestar atención, concentrarse en las tareas diarias o recordar.
El insomnio puede ser un problema en sí mismo o estar asociado a otras afecciones. Entre sus causas más frecuentes están: