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20/07/2021

Psicópata y sociópata ¿son trastornos mentales?

Psicópata y sociópata son términos que se usan como sinónimos. Esto no solamente es incorrecto, también son personalidades mitificadas y mal entendidas por la sociedad, que se utilizan para trasmitir imágenes exageradas.

En primer lugar, es necesario aclarar que psicópata no es un diagnóstico oficial. Los expertos explican que la verdadera definición es trastorno de personalidad antisocial.

En este caso, antisocial no hace referencia necesariamente a alguien reservado o solitario, sino que va en contra de la sociedad, las reglas y otros comportamientos que hacen a la vida en comunidad.

Las personas con trastorno de personalidad antisocial no demuestran discernimiento entre el bien o el mal e ignoran los derechos y sentimientos de los demás.

También tienden a hostigar, manipular o tratar a los demás con crueldad o indiferencia, sin mostrar culpa ni remordimiento por sus conductas.

En una publicación de HolaDoctor, el doctor Leopoldo Rendón explicó “Hay dos componentes importantes que conforman la personalidad: el temperamento, que es el elemento biológico e instintivo, y el carácter, que es producto de lo aprendido y se origina en el proceso de socialización y educación”.

Rendón resaltó que suele distinguirse al psicópata como aquel que nace con las características antisociales (componente temperamental), mientras que el sociópata es aquel que adquiere estas conductas por su crianza y durante el proceso de socialización (carácter).

Sin embargo, muchos expertos coinciden en que no existe diferencia clínica entre ambas denominaciones. Por ello, tanto psicópata como sociópata deben considerarse términos o formas de describir el trastorno de personalidad antisocial.

Características de un psicópata
La personalidad combina las conductas, emociones y pensamientos, y diferencia a las personas entre sí. Se forma durante la infancia y se ve moldeada por diferentes factores.

Cómo reconocer un problema de salud mental

Actualmente, no se sabe cuál es la causa exacta del trastorno de personalidad antisocial, aunque los investigadores destacan que pueden estar involucrados:

Antecedentes familiares de trastorno de personalidad antisocial u otros trastornos de la personalidad o de la salud mental.

Cambios en el funcionamiento del cerebro.

Genes.

Situaciones de la vida, como maltrato o descuido durante la infancia, o vida familiar inestable, violenta o caótica.

Los signos y síntomas del trastorno de la personalidad antisocial pueden incluir:

Despreciar el bien y el mal.

Carecer de empatía por los demás y de remordimiento por dañar a otros.

No pensar en las consecuencias negativas de la conducta ni aprender de ellas.

Ser, generalmente, irresponsable y fallar repetidamente en el cumplimiento de las obligaciones laborales o financieras.

Ser arrogante, extremadamente persuasivo y con sentido de superioridad.

Ser hostil, agresivo, irritable y violento.

Ser impulsivo.

Ser insensible, cínico e irrespetuoso con los demás.

Tener relaciones pobres o abusivas.

Tener problemas recurrentes con la ley, incluidas conductas delictivas.

Tomar de riesgos innecesarios o conductas peligrosas sin tener en cuenta la seguridad propia o de los demás.

Usar el encanto o el ingenio para manipular a otros para beneficio o placer personal.

Usar mentiras o engaños persistentes para explotar a otros.

Violar repetidamente los derechos de los demás a través de la intimidación y la deshonestidad.

A su vez, existe una lista de características que exhiben los psicópatas, desarrollada por el doctor Robert Hare, investigador sobre psicología criminal. Esta se denomina Psychopathy Checklist (PCL) e incluye:

En cuanto al estilo de vida:
Actúan impulsivamente y sin control.

Les gusta un estilo de vida parasitario.

Necesitan estímulos constantes, se aburren fácilmente.

Son irresponsables.

Viven sin dirección, cambiando de objetivos constantemente.

En lo afectivo:
No aceptan o reconocen sus errores.

No tienen sentimientos de culpa ni remordimientos, tampoco se sienten en deuda con los demás.

Son afectivamente frívolos y superficiales.

Son indiferentes, llegando a ser crueles.

En lo social:
Disfrutan las estafas y todo los delitos que requieran la manipulación de otro.

Suelen delinquir en sus años de juventud.

Tienen problemas de conducta desde la niñez.

En la relación con otros:
Son encantadores, elocuentes, y conquistadores.

Son manipuladores y lo suficientemente inteligentes para que otros crean su actuación.

Tienen autoestima exagerada.

Mienten patológicamente.

Los especialistas también destacan que es más común que el trastorno de personalidad antisocial afecte a hombres que a mujeres, mejore con la edad y que las personas que lo padecen tengan una mayor tasa de mortalidad, debido a su comportamiento.

Cómo se diagnostica y trata este trastorno
No existe una forma de prevenir la aparición del trastorno de personalidad antisocial. Debido a que se cree que esta conducta tiene sus raíces en la infancia, padres, familiares, maestros y pediatras pueden ser capaces de detectar señales de advertencia para obtener atención temprana.

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El diagnostico recién puede hacerse alrededor de los 18 años, cuando ocurre el peor comportamiento de las personas.

Para ello, el profesional realizará una evaluación completa de la salud mental, evaluando pensamientos, sentimientos, y relaciones del paciente. Una vez identificados los síntomas, se los comparará con los del trastorno de personalidad antisocial.

Este trastorno es difícil de tratar porque la persona que necesita ayuda no cree que haya un problema con su comportamiento. Por este motivo, rara vez buscan tratamiento y generalmente dependen de la intervención de un tercero.

El tratamiento puede consistir en una combinación de psicoterapia y medicación. Con la primera se busca ayudar a la persona a comprender su diagnóstico y cómo afecta su vida y sus relaciones con los demás, con el objetivo de reducir los síntomas.

Si bien los trastornos de la personalidad no se pueden tratar con medicamentos, estos pueden recetarse para tratar otras afecciones relacionados a los problemas metales, como ansiedad o depresión.

Fuentes consultadas: Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., Clínica Mayo, Instituto Nacional de la Salud Mental.

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