Seguinos

15/02/2021

Qué cuidados debes tomar si tienes insuficiencia renal

La insuficiencia renal es un daño transitorio o permanente en los riñones, que dificulta o imposibilita su capacidad para eliminar desechos y equilibrar los fluidos en el cuerpo.

Diferentes enfermedades y condiciones pueden favorecer el desarrollo de una insuficiencia renal:

Estar hospitalizados, especialmente en cuidados intensivos.

Ser mayor de edad.

Sufrir daño directo sobre los riñones.

Tener diabetes, enfermedades hepáticas o renales, insuficiencia cardíaca, presión arterial alta, o cáncer.

Entre los principales síntomas de insuficiencia renal podemos hallar:

Debilidad.

Desorientación

Disminución del volumen de orina excretado.

Dolor en el pecho.

Falta de aire.

Fatiga.

Náuseas.

Retención de líquido (que se traduce en hinchazón de piernas, tobillos o pies).

Ritmo cardíaco irregular.

En casos adversos pueden ocurrir convulsiones o casos de coma.

Dieta para la insuficiencia renal
Un alimentación saludable es fundamental para mantener los niveles de electrolitos, líquidos y minerales en equilibrio, prevenir la descomposición de los tejidos y facilitar la función renal.

Cómo prevenir los cálculos renales

Al momento de organizar una dieta deberás determinar cómo obtener energía a partir de los principales nutrientes: carbohidratos, proteínas, y grasas.

Carbohidratos
Los carbohidratos se dividen en dos grandes grupos: los simples y los complejos. A los primeros se los suelen llamar “malos” porque son de rápida absorción y proporcionan energía inmediata, mientras que a los segundos se los considera “buenos” porque tardan en ser absorbidos.

Sin embargo, muchos nutricionistas explican que esa categorización no sería correcta, ya que ambos son necesarios para una alimentación equilibrada.

Grasas
A las grasas solemos atribuirles connotaciones negativa, pero en realidad son una gran fuente de energía y ayudan al cuerpo a absorber vitaminas.

Una buena forma de aprovechar sus bondades y evitar sus consecuencias es optar por las variantes saludables, como aceite de oliva extra virgen, de canola, cártamo o coco.

Compartir