Afortunadamente, se puede prevenir o reducir su frecuencia con modificaciones en el estilo de vida. Esto incluye realizar ejercicio frecuentemente, aunque, no todas las actividades físicas son necesariamente beneficiosas. Conoce aquí que tipo de ejercicio es útil contra el reflujo y cuál debes evitar.
El reflujo ocurre cuando el ácido del estómago fluye hacia el esófago, un “tubo” que conecta la boca con el estómago. Esto causa irritación del revestimiento del esófago y síntomas como:
Sensación de ardor o dolor en el pecho, generalmente después de comer o al momento de dormir.
Dificultad para tragar.
Regurgitación de alimentos o líquidos, especialmente aquellos que son agrios.
Problemas para dormir.
Tos crónica.
El reflujo puede deberse a distintos factores:
Comer en gran cantidad durante el almuerzo o cena, especialmente alimentos grasosos o fritos.
Fumar en exceso.
Tomar café o alcohol en exceso.
Tomar ciertos medicamentos, como aspirinas.
¿Sirve el ejercicio contra el reflujo?
Para reducir el reflujo se suele recomendar hacer cambios en el estilo de vida, como limitar o evitar el consumo de café, tabaco o alcohol en exceso, reducir el tamaño de las porciones durante las comidas o perder sobrepeso.
¿Por qué es difícil respirar cuando hacemos ejercicio?
El ejercicio es otro factor que se debe tener en cuenta, ya que puede impactar positiva o negativamente sobre el reflujo.
Los ejercicios aeróbicos o “cardio”, un tipo de actividad que se caracteriza por su baja intensidad desarrollada durante largos períodos de tiempo, son los que presentan mejores resultados contra el reflujo, ya que favorecen la buena digestión y la pérdida de peso. Ejemplos de ejercicio aeróbico son: caminar, nadar, hacer yoga o andar en bicicleta.
En cambio, los ejercicios anaeróbicos, que consisten en realizar actividades de alta intensidad durante períodos breves de tiempo, pueden empeorar los síntomas del reflujo.