La revista U.S. News & World Report, que cada año pide a un grupo de profesionales de la salud que clasifique las mejores 40 dietas, la posicionó en el primer lugar para la edición 2022. Aquí repasamos las características y beneficios de la dieta mediterránea.
En primer lugar, es necesario diferenciar la gastronomía de la dieta mediterránea. La primera se da de forma natural en los países mediterráneos y es inherente a ellos, mientras que la segunda hace referencia a la adopción consciente de los patrones alimenticios propios del Mediterráneo, en cualquier parte del mundo y por cualquier persona.
Las primeras referencias a la dieta mediterránea se remontan a finales de la década del ’40, cuando investigadores encontraron que las personas en la región mediterránea tenían algunos de los niveles más bajos de enfermedades crónicas del mundo, así como una de las tasas de esperanza de vida más altas (a pesar de no tener acceso a servicios médicos demasiado avanzados).
Lo que en ese entonces se etiquetó como “manera mediterránea” (mediterranean way) consistía en una alimentación rica en productos vegetales y baja en productos de origen animal, a la vez que presentaba un estilo de vida muy activo físicamente.
¿En qué consiste la dieta mediterránea?
A diferencia de otro tipo de dietas, que limitan o evitan ciertos alimentos, la mediterránea se enfoca en reemplazarlos por opciones más saludables pero similares, garantizando el consumo recomendado de carbohidratos, proteínas, y grasas. Entre los pilares de la dieta mediterránea hallamos:
Frutas y vegetales
Repletas de vitaminas, minerales, fibra dietética y antioxidantes, las frutas y vegetales son alimentos básicos de la dieta mediterránea. Entre las principales opciones están:
Cebollas.
Coles de Bruselas.
Espinacas.
Fresas.
Higos.
Kale.
Manzanas.
Peras.
Pimientos rojos.
Tomates.
Uvas.
Zanahorias,