Aquí te presentamos uno de las más llamativos: la acantosis nigricans o pigmentaria, también conocida como “enfermedad del cuello negro”.
Al funcionar la piel, entre otras cosas, como un órgano fronterizo del cuerpo, se encuentra expuesta a la influencia, tanto interna como externa, de muchos factores que pueden modificar su estructura.
En el caso de la acantosis, se producen zonas oscuras, con cambios de color aterciopelados, textura rugosa y múltiples surcos.
Estas “manchas” generalmente aparecen alrededor del cuello, las axilas o ingle, sin embargo, existen casos donde puede extenderse por cualquier zona del cuerpo.
A pesar del impacto que puede generar, los médicos señalan que en la mayoría de los casos es una afección inofensiva.
Aunque este trastorno puede afectar a cualquier persona, suele darse en adultos o niños obesos o con diabetes.
A partir de relevamientos que se realizaron en EE. UU., se encontró que los nativos americanos se encuentran en mayor riesgo, seguido por los afroamericanos, latinos y caucásicos.
Las causas por las que surge este trastorno se asocian a diferentes factores o a la combinación de ellos. Los profesionales destacan los siguientes:
Antecedentes familiares: también puede deberse a la intervención de un componente genético.
Fármacoinducida: este caso hace referencia a los efectos de ciertos medicamentos, específicamente dosis de insulina a través de inyecciones subcutáneas. Un consumo elevado de niacina, píldoras anticonceptivas, prednisona u otros corticoesteroides también puede ser el motivo de su aparición.
Resistencia a la insulina: esta clasificación, llamada Seudoacantosis, también puede estar asociada al síndrome metabólico como resultado de la obesidad.
Trastornos hormonales: es común que la acantosis surja en las personas que tienen trastornos como quistes ováricos, tiroides poco activa o problemas con las glándulas suprarrenales.
Consecuencia del cáncer: también llamada de tipo maligno, en esta situación la acantosis se produce como respuesta a un linfoma o como consecuencia del crecimiento de un tumor canceroso en un órgano interno, normalmente el estómago, colon o hígado.