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Salud
23/12/2021

Qué esperar de la pandemia de COVID-19 en 2022

Qué esperar de la pandemia de COVID-19 en 2022
A dos años del momento en el que el mundo escuchó por primera vez sobre un virus hasta entonces desconocido, la pandemia de COVID-19 parece estar lejos de terminar.

Aunque se ha avanzado dramáticamente en la comprensión de la infección, las terapias y, por supuesto, con las vacunas, las nuevas variantes del coronavirus que causa la enfermedad siguen desafiando a los logros científicos.

De alguna manera, la aparición de omicron, una variante súper contagiosa que apenas en días se registró en los cinco continentes y que ya es la dominante en los Estados Unidos (73% de los nuevos casos), rompió el sueño de usar la palabra “fin” en los titulares periodísticos. ¿Qué pasará en 2022? Los expertos dibujan un mundo que ya es diferente y que tal vez tenga que lidiar con el coronavirus de manera endémica (en palabras simples, cuando un gérmen no es erradicable).

Casos y muertes por COVID en el mundo (MONITOR DE LA OMS)
A septiembre de 2021, el mundo ya contaba con al menos 17 vacunas contra COVID-19, y hay 300 potenciales opciones en etapa de ensayos clínicos y pre clínicos. Para esa fecha, se habían administrado 5.4 mil millones de dosis, indica un documento de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El documento de la OMS, una visión estratégica de acción contra COVID-19 para 2022, es extenso y complejo pero resalta algo simple de entender: la crítica necesidad de coordinar la administración de vacunas, ya que si continúa la enorme brecha entre las regiones ricas vacunadas y las pobres que no, va a ser extremadamente difícil acorralar al virus.

Esta inequidad en la inmunización no ocurre solo a nivel global, sino a nivel de países, estados y condados. Y no siempre está relacionada con la falta de acceso a las vacunas sino con la politización de la salud pública y de la inmunización.

Estados Unidos es un ejemplo. Estados como Massachussetts tienen tasas de vacunación de más del 80% en adultos de 18 a 64 años, y en otros como Carolina del Sur solo el 56.9% de esa franja de edad está inmunizada. Y la diferencia está relacionada con el color político que domina el estado, no con el acceso.

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