Boca no tiene paz. Luego de que se confirmara el despido de Sebastián Battaglia, en las últimas horas estalló otra bomba en el mundo azul y oro por el cortocircuito entre el Consejo de Fútbol, con Juan Román Riquelme a la cabeza, y los referentes del plantel.
En la antesala de la revancha frente a Corinthians por los octavos de final de la Copa Libertadores, la delegación xeneize se negó a concentrar debido a una importante deuda acarreada desde la final con Tigre en Córdoba: los jugadores exigían que la dirigencia abonara los premios que prometieron tras la conquista de la Copa Liga Profesional.
El Consejo, que aseguró más de una vez que “todos en el club están al día” (hoy volvió a hacerlo el Patrón Bermúdez), les prometió a los referentes una charla siempre y cuando levantaran la medida. El encuentro entre los pilares del plantel, Carlos Izquierdoz, Darío Benedetto, Marcos Rojo y Javier García, junto a Román y sus laderos, no se desarrolló en buenos términos y, lejos de un acuerdo, terminó con chispazos y caras largas.
Varios levantaron la voz. Uno de los que se plantó y dijo lo suyo, como suelen hacer los capitanes con su espalda, fue el Cali, que llamativamente no será titular en el clásico ante San Lorenzo de este sábado en el Nuevo Gasómetro. Aunque el zaguero no evidenció molestias físicas y cumplió con la fecha de suspensión (fue expulsado contra Unión), la dupla interina compuesta por Hugo Ibarra y Leandro Gracián decidieron relegarlo del once titular y ubicaron en su sector a Carlos Zambrano.
Otro que no se quedó callado dentro del hotel fue el Pipa. Y tampoco en los pasillos de La Bombonera. Minutos antes de saltar al verde césped para medirse con el Timao, el delantero se hizo cargo de la arenga en el túnel y tiró un palito: “Les digo una cosa, ayer nos trataron de perdedores, entonces demostrémosle a estos hijos de puta que nosotros somos ganadores. ¡Dale viejo dale!”.