Aunque en algunos casos puede ser un dolor leve o una simple molestia, en otros puede impedir realizar todo tipo de actividades, incluidas aquellas que se hacen en reposo, como estar sentado o dormir. Conoce aquí por qué ocurre este problema y qué puedes hacer para aliviarlo.
¿Por qué ocurre la rigidez?
El cuello rígido se caracteriza por afectar a los músculos de la nuca, impidiendo que se realicen movimientos naturales del cuello, como mirar hacia abajo, arriba o a los lados.
El malestar que provoca también puede dificultar o impedir realizar otro tipo de actividades cotidianas, como trabajar, caminar, correr o incluso dormir.
Existen muchas factores que pueden provocar la rigidez en el cuello. El más común es el esguince o distensión muscular, es decir, el estiramiento o la rasgadura de un músculo o tejido que conecta al músculo con el hueso.
En el caso del cuello rígido la distensión suele ocurrir en el músculo elevador de la escápula, que se encuentra detrás y al lado del cuello (conecta la columna cervical con los hombros). Esto puede ocurrir por diferentes causas:
Dormir en una posición que favorece la distensión.
Hacer actividades que requieren movimientos bruscos de la cabeza o cuello, de un lado a otro.
Sufrir estrés frecuentemente.
Sufrir heridas deportivas o de impacto.
Tener una mala postura.
Otro factor que acaparó mayor responsabilidad en los últimos años es el uso de las nuevas tecnologías, ya que obligan a mantener posturas anormales durante largos períodos de tiempo, por ejemplo, al sostener el teléfono entre el cuello y el hombro o al trabajar durante horas frente a la computadora.
La rigidez del cuello también puede ser consecuencia de infecciones bacterianas, como meningitis (que causa inflamación de las membranas protectoras del cerebro y la médula espinal) o meningococemia (afecta a la columna cervical).