Ducharse más de una vez al día es un hábito que tienen muchas personas, por higiene personal, costumbre o método de relajación. Sin embargo, según algunos expertos en comportamiento humano, bañarse reiteradas veces en el día puede tener otras implicaciones.
Esta costumbre puede reflejar una variedad de factores, que incluyen necesidades físicas, preferencias personales, influencias culturales o incluso estados emocionales.
Según los profesionales, las personas que sudan demasiado debido al ejercicio, trabajos físicamente demandantes o mismo por el clima caluroso, pueden sentir la necesidad de bañarse varias veces al día. Además, también hay quienes sienten un bienestar físico al hacerlo, ya que disfrutan de la sensación de limpieza constante. También, este acto puede ser simplemente un hábito aprendido desde la infancia o costumbre.
A su vez, ducharse es relajante y purificador, por lo que ayuda a aliviar las tensiones acumuladas y ayuda a mejorar el bienestar de las personas que se encuentren estresadas o cansadas.
También es verdad que este hábito puede verse reflejado mayoritariamente en personas que cuenten con rasgos de perfeccionismo o una necesidad de que están higienizados todo el tiempo.
Cuáles son las consecuencias de ducharse todos los días, según Harvard
La piel puede secarse, irritarse o picar al bañarse todos los días.
La piel seca y agrietada puede permitir que las bacterias y los alérgenos rompan la barrera que se supone que debe proporcionar la piel, permitiendo que se produzcan infecciones cutáneas y reacciones alérgicas.
Los jabones antibacterianos pueden matar las bacterias normales. Esto altera el equilibrio de los microorganismos de la piel y fomenta la aparición de organismos más resistentes y menos amigables que son más resistentes a los antibióticos.
El sistema inmunológico necesita una cierta cantidad de estimulación por parte de microorganismos normales, suciedad y otras exposiciones ambientales para crear anticuerpos protectores y “memoria inmune”. Ésta es una de las razones por las que algunos pediatras y dermatólogos desaconsejan los baños diarios de los niños. Los baños o duchas frecuentes a lo largo de la vida pueden reducir la capacidad del sistema inmunológico para realizar su trabajo.