En un comunicado emitido después de una reunión de emergencia sobre el incidente, la Liga Arabe condenó lo que llamó “crímenes cometidos por las fuerzas de ocupación israelíes contra fieles musulmanes indefensos” en la mezquita.
La incursión antes del amanecer podría “encender un espiral de violencia que amenaza la seguridad y la estabilidad en la región y el mundo”, agregó.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dijo que la situación fue causada por “extremistas” que se atrincheraron dentro de la mezquita con armas, piedras y fuegos artificiales.
El secretario general de la Liga Árabe, Ahmed Aboul Gheit, había condenado anteriormente la redada en una declaración por separado.
“Los enfoques extremistas que controlan la política del Gobierno israelí conducirán a confrontaciones generalizadas con los palestinos si no se les pone fin”, dijo.