En medio de una profunda crisis futbolística e institucional, Juan Román Riquelme tomó una de las decisiones más fuertes desde que asumió el mando en Boca: disolvió el Consejo de Fútbol, estructura que fue su sello de gestión durante más de cinco años. Las salidas de Mauricio Serna y Raúl Cascini se confirmaron en las últimas horas, mientras que Marcelo Delgado será el único que continuará, ahora con más responsabilidades.

Según trascendió, tanto Chicho como el Mosquito habrían sido “invitados a dar un paso al costado” por el propio presidente, luego de una reunión con la cúpula dirigencial. Si bien inicialmente se habló de un posible reacomodo dentro del club, Boca luego aclaró que esa opción nunca estuvo sobre la mesa.

Desde el entorno de Riquelme explicaron que la decisión se basó en que “no se dieron los resultados esperados y hay que cambiar”, algo que refleja la magnitud del momento que atraviesa el Xeneize. Por primera vez, el ídolo rompió con su estructura más cercana y ejecutó un cambio de raíz que parecía impensado meses atrás.

El Consejo venía siendo fuertemente cuestionado por el socio, tanto por sus decisiones deportivas como por su falta de autocrítica y errores administrativos. Incluso, en La Bombonera se escucharon cánticos como “La Comisión, la Comisión, se va a la p… que los parió”, reflejo del hartazgo de los hinchas.

Con Delgado como único sostén, se espera una reestructuración del área de fútbol profesional, que podría incluir nuevas incorporaciones y un enfoque más profesionalizado. En su momento más delicado como dirigente, Riquelme pateó el tablero y busca reencauzar el rumbo del club con una medida de alto impacto.