Al inicio de la pandemia por el coronavirus, la dirigencia de River Plate tomó una fuerte medida, al darle inicio a un proyecto que venía siendo postergado desde hace un tiempo y era uno de los principales pedidos de Marcelo Gallardo: renovar por completo el campo de juego del Monumental. Tras varios meses de incesantes trabajos, el Millonario ahora cuenta con uno de los mejores campos de juego de Sudamérica.

El club de Núñez apostó por la colocación de un césped híbrido (95 por ciento natural y 5 artificial), el cual estuvo a cargo de la empresa irlandesa SIS Grass. Entre algunas de las novedosas tecnologías que se instalaron por debajo del campo de juego sobresale el sistema de succión forzado, inyección de aire y control de temperatura.

Tras las bajas temperaturas que se registraron en Buenos Aires en los últimos días, River anunció públicamente que estrenó este novedoso método de control subterránea para contrarrestar los cambios bruscos de temperatura, lo que permite mantener el paso en óptimas condiciones.

Dependiendo de la estación del año, este sistema calefaccionar o refrigera las raíces del campo de juego mediante una red de cañerías de agua enterradas a 20 centímetros del nivel del césped. La misma tiene una longitud cercana a los 17 kilómetros y abarca toda la superficie de la cancha.

Para combatir el frío del invierno, River puede elevar la temperatura del agua para climatizar la zona hasta los 50 grados. En caso del verano, se puede bajar hasta los 5 grados. Para que el agua se mantenga a temperatura constante y llegar a las temperaturas necesarias se instalaron ocho equipos chillers, similares a una instalación industrial.

Este método es de vital importancia también en otro momento importante, como el de resiembra, ya que se puede ajustar la temperatura hasta la idea para el correcto crecimiento de las semillas utilizadas. Esto garantiza una mejor calidad de pasto, lo que contribuye para un mejor rodamiento de la pelota.

Vale destacar que el Millonario ahora posee un centro de control de última generación que tiene en las inmediaciones del estadio para seguir minuto a minuto la evolución del campo de juego (también hay uno en Europa, que controla todos los valores, tanto los de la cancha de River como las del Camp Nou del Barcelona, el Estadio Luzhniki o la del Besiktas de Turquía).

El monitoreo se ejecuta mediante un display, en el cual se ven todos los sensores instalados: 11 de temperatura y 4 de humedad. Esto garantiza que se cumplan las condiciones para el crecimiento del tipo de césped sin importar la estación del año. Estos sensores también ayudan para saber cuándo es necesario activar el sistema de extracción o ventilación de aire y en qué sectores se necesita más o menos riego.

Dentro de las modificaciones subterráneas que ahora ostenta el Monumental también sobresale que se cambiaron los caños por unos de PVC, se realizó una fase de tendido de caños en canaletas de drenaje de lluvia, para luego colocar el manto de geotextiles y capa impermeable. Tras zanjar la base de suelo compactada para la instalación de los caños de drenaje pluvial y aireación, luego fueron cubiertos con grava para mejorar el escurrimiento. También existen tres capas de piedra drenante de distintos tamaños, las cuales drenan el agua de lluvia hacia pozos de hormigón con bombas de última generación.

La dirigencia también realizó importantes reformas por fuera de lo que es el campo de juego. En el Antonio Vespucio Liberti se colocó WIFI 6 (una tecnología de última generación, vital para luego convertirlo en un Smart Stadium), se remodelaron los baños, se crearon nuevos puestos gastronómicos en tribunas bajas, hubo mejoras en el sector para personas usuarias de silla de ruedas, se removieron los alambrados en la Centenario alta para mejorar la visibilidad y se demolieron las troneras que se encontraban en la salida hacia las tribunas, lo que permite aumentar el aforo de 70.400 a 72.000 personas.

El siguiente paso es la Etapa 2, la cual tiene como foco principal la ampliación de la capacidad del Monumental, gracias a la colocación de un nuevo anillo en donde antes se encontraba la pista de atletismo. Estas obras podrían permitir el ingreso de 12 mil personas más, dependiendo de si en todo el anillo se harán plateas o si detrás de los arcos se ubicarán tribunas populares. De este modo la capacidad ascendería a más de 80 mil espectadores.