Todas las energías de Roger Federer están puestas en su torneo preferido. El suizo decidió bajarse de Roland Garros para llegar físicamente en optimas condiciones a Wimbledon, pero el debut que tuvo fue mucho más difícil de lo que él hubiese querido. El actual 8 del mundo sufrió contra el francés Adrian Mannarino, pero finalmente terminó llevándose el boleto a la siguiente ronda por el abandono de su contrincante cuando el duelo estaba 6-4, 6-7, 3-6 y 6-2 en casi tres horas de acción.
Antes de marcharse del césped de Wimbledon por una lesión, Mannarino dejó una perlita con su reacción. El encuentro estaba comenzando su cuarto set cuando Federer se llevó el primer punto con una exquisita ejecución de revés que agarró al francés a contrapié y sólo le dio tiempo para abrir los brazos y preguntarle a su entrenador en la tribuna cómo había hecho el suizo para impactar ese golpe.
Para entonces, Roger estaba padeciendo su estreno en el torneo que más le gusta y el que conquistó en ocho ocasiones, más allá de que disputó otras cuatro finales con derrota. Federer tuvo un bajo porcentaje de primeros servicios a lo largo de los tres primeros parciales, independientemente de que contabilizó 16 aces en lo que duró el juego. El tercer set fue donde se vio un bajón más notable con los dos quiebres que cosechó Mannarino, uno de ellos con el game en cero para el suizo.
La tensión se disipó cuando el cuarto set estaba 4-2 a favor de Federer y el francés de 32 años se resbaló. El actual 41 del mundo, que llegó a escalar hasta el 22° del ranking ATP en 2018, sufrió un golpe en su rodilla que le impidió continuar con normalidad, hasta que finalmente decidió firmar el retiro en el inicio del quinto set.
“Demuestra que un solo punto lo puede cambiar todo. Tuve un poco de suerte, él estaba siendo mejor jugador que yo y le deseo lo mejor. A veces sucede esto y es un recordatorio de cuán rápido pueden ir las cosas y al final del día pude disfrutar de estar nuevamente en la cancha”, dijo Roger tras el duelo desde el Court Central que debió desplegar su techo ante las lluvias que intermitentemente afectan al torneo desde ayer.
El tenista de 39 años, que cumplirá los 40 en semanas, conectó 53 tiros ganadores pero tuvo 45 errores no forzados en un duelo que le permitió reaparecer en Wimbledon luego de haber perdido la final del 2019 ante Novak Djokovic. En lo que va de este año, Roger hizo cuartos de final en Doha, perdió en el debut del ATP de Ginebra y abandonó tras la tercera ronda de Roland Garros para preservar su físico de cara a la gira sobre césped.
En los últimos días, cayó en segunda ronda del ATP 500 de Halle ante el canadiense Felix Auger-Aliassime, en un torneo que sirvió como preparación para Wimbledon.
El próximo paso para Su Majestad será en la segunda ronda contra el francés Richard Gasquet, otro de los experimentados del circuito a sus 35 años. Ubicado en el 56° escalafón del ranking, venció en el debut de Wimbledon al japonés Yuichi Sugita por 7-6, 4-6, 6-2 y 6-1.
Tras conquistar su séptimo triunfo en el historial ante Mannarino en la misma cantidad de duelos entre ambos, Federer enfrentará a un rival que ya tuvo del otro lado de la red en 20 oportunidades: 18 triunfos y sólo 2 derrotas. Gasquet lo superó en el 2005, en el primer duelo entre ambos, y luego pudo repetir en el 2011 por el Masters 1000 de Roma.
Un detalle no menor es que Roger viene de atravesar dos cirugías de rodilla y más de un año de rehabilitación, con apenas un torneo de actividad en el 2020 (semifinalista del Australian Open). La racha que intentará romper es la de sin títulos, ya que subió a lo más alto del podio por última vez en octubre del 2019 cuando se apoderó del ATP 500 de Basilea.
En caso de apropiarse de este Grand Slam logrará el 21° de su trayectoria y volverá a dar un salto en soledad de las estadísticas, ya que actualmente comparte la tabla de máximos ganadores de la historia de GS con Rafael Nadal (20) y es seguido de cerca por Djokovic (19).