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Salud
22/04/2023

¿Sabes por qué te daña consumir las grasas trans?

¿Sabes por qué te daña consumir las grasas trans?
Seguramente has oído hablar sobre las grasas trans y sabes que se deben evitar consumir productos que las contengan por ser perjudiciales para la salud.

Asimismo, las grasas trans artificiales están relacionadas con la inflamación a largo plazo, la resistencia a la insulina e incluso algunos tipos d cáncer, sobre todo en personas con obesidad o sobrepeso.

¿Qué son las grasas trans?
Las grasas trans o ácidos grasos trans son una forma de grasa insaturada. En específico las grasas trans provenientes de la industria alimentaria o grasas parcialmente hidrogenadas son perjudiciales para la salud.

Estas grasas se modifican químicamente para que permanezcan sólidas a temperatura ambiente, lo que les confiere una vida de anaquel mucho más larga.

Las grasas trans son son perjudiciales para la salud:

Las grasas trans dañan el corazón
El consumo de grasas trans incrementa el riesgo de enfermedades cardiovasculares, según numerosos estudios clínicos.

Grasas trans y su relación con la inflamación
Un exceso de inflamación está relacionada a ser la primera causa de muchas enfermedades crónicas como enfermedades coronarias, síndrome metabólico, diabetes y artritis, especialmente en personas con exceso de peso u obesidad.

Relación de las grasas trans con daños en vasos sanguíneos y cáncer
Se cree que las grasas trans dañan el revestimiento interno de los vasos sanguíneos, conocido como endotelio, lo que posiblemente esté relacionado a su consumo y enfermedades cardiovasculares, según un estudio publicado en la revista Vascular Medicine en 2016.

Otros estudios como el publicado por la revista BMC Medicine en 2021 revisaron la asociación en el consumo de grasas trans y aumento en el riesgo de cáncer de mama, próstata y cáncer colorrectal.

¿En qué productos procesados se encuentran las grasas trans?
En 2018, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) prohibió el uso de aceite parcialmente hidrogenado en la mayoría de los alimentos procesados en Estados Unidos, que entró en vigor a partir de 2020.

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