San Lorenzo recibió a Platense con la misión de sumar su segunda victoria en lo que va del año en el Nuevo Gasómetro. Con la movilidad de Nahuel Barrios, la velocidad de Ezequiel Cerutti y la presencia de Adam Bareiro en la ofensiva, el Ciclón se presentó ante su gente con una actitud agresiva que le sirvió para arrinconar a su rival contra las cuerdas.

Pasado el primer cuarto de hora, el conjunto de Ruben Darío Insua logró su cometido con una vieja máxima del fútbol: la que asegura que dos cabezazos en el área terminan en gol. Gastón Hernández fue el responsable de finalizar la acción que dejó sin posibilidades a Marcos Ledesma para que el pueblo azulgrana festeje a pura euforia.

Unos instantes después, el goleador paraguayo volvió a apelar a la vía aérea en una acción que hizo lucir al arquero del Marrón. Sólo por la reacción de Ledesma, el dueño de casa no pudo estirar la diferencia. San Lorenzo jugaba con autoridad y se mostraba muy superior a su adversario.

En el complemento, el Cuervo justificó la victoria con una producción notable. Una infracción de Juan Pablo Pignani sobre Federico Gattoni dentro del área obligó a Fernando Echenique a sancionar la pena máxima. Y desde los doce pasos Ezequiel Cerutti fusiló a Ledesma, quien a pesar de sus esfuerzos no logró contener el disparo del ex Sarmiento y Estudiantes. En Boedo todo era fue una fiesta: el Ciclón volvió a ganar en casa y el Pocho consiguió quebrar una extensa sequía, ya que no convertía desde el 13 de abril, cuando selló aquel 1 a 1 frente a Racing de Córdoba por Copa Argentina.

San Lorenzo sumó su segunda victoria en el año y se anima a seguir escalando en la Liga Profesional. En un torneo en el que se muestra cada vez más parejo y el único que se aleja es Atlético Tucumán en la cima, la gloria doméstica le puede llegar a cualquiera.