Como les estaba costando a los de arriba los partidos importantes. En estos encuentros donde se miden equipos con muy buen funcionamiento las diferencias están en los más pequeños detalles. Sin embargo, parece que la presión jugaba una mala pasada para la contundencia.

El detalle positivo fue la Ciudadela que estaba como una olla a presión. Levantó a sus jugadores en el momento clave y terminó con un remate con la frente de Matías Ballini dandole punta de la Zona A. Mientras que el detalle negativo para el Sojero estuvo en la decisión de Leandro Rey Hilfer de anular el empate de la vista en la última jugada. A pesar de los penales polémicos que no se cobraron esta fecha en Casanova y Adrogué, la decisión del juez fue acertada respecto a la falta que cometió en el área Ezequiel Parnisari.

Al Santo se lo notó molesto con el avance de los minutos. El peso por poder quedar en la cima y el modo en que se paró la visita fue una piedra en el zapato. El parado del conjunto de Pablo De Muner fue bien arriba para generar presión, aceptando la posibilidad de dar espacios en el fondo, algo muy arriesgado.

Después del tanto, el Sojero se desesperó y comenzó a salir de forma brusca. Esto desencadenó en la expulsión de Fernando Juárez. Igualmente, para San Martín lo más importate era conseguir los tres puntos y no el cómo hacerlo. Le quedan dos finales, pero con un punto a favor: dependen de ellos mismos.