Eso fue lo que sucedió entre Chacarita y San Martín (T), que se llevó una gran victoria en su excursión por Buenos Aires y se sumó a Tigre como escolta del líder Almirante Brown (jugará este lunes el clásico contra Nueva Chicago).

El primer tiempo del Funebrero le dejó un saldo positivo, pero también negativo al mismo tiempo. ¿El motivo? Por un lado, fue muy superior a su rival, controló la pelota y mereció más de lo que se llevó al vestuario. Por el otro, un deslucido Santo lo lastimó en la única chance de peligro que creó.

Si bien el local inició mejor, fue la visita el equipo que se puso en ventaja. Un centro atrás de Leandro Vella encontró en soledad a Lucas Diarte, quien sacó un fierrazo para que nada pueda realizar Emanuel Trípodi. Pese al 1-0, los de Tucumán nunca se sintieron cómodos: Imbert y Chaves tuvieron poca participación y los delanteros no pesaron.

Sin ser una maquinita, el empuje de Chaca pudo más. La línea de cinco defensores le dio seguridad en el fondo y la movilidad de González y de Groba le dio juego. Como si fuera poco, Ignacio Arce le regaló la pelota a Perdomo cuando quiso salir jugando y el 7 clavó un golazo de casi 50 metros.

Al igual que en los últimos partidos, Chacarita se desinfló en el complemento, hecho que aprovechó el Ciruja. Porque cuando parecía que el partido se encaminaba a una parda, Diarte se iluminó y metió una asistencia de taco para Emanuel Cuevas, mismo jugador que poco más tarde decoró el resultado: 3-1.