En Estados Unidos y Canadá, muchos productos de belleza parecen contener altos niveles de compuestos per- y polifluoroalquilos (PFAS), una clase potencialmente tóxica de sustancias vinculadas con algunas afecciones de salud graves, informan los investigadores.
En particular, la mayoría de los rímeles a pruebas de agua, los pintalabios líquidos y las bases contenían niveles altos de fluorita, un indicador de PFAS en un producto.
“Hubo un poco más de probabilidades de que estas tres categorías tuvieran un nivel alto de fluorita que otras”, señaló el investigador Tom Bruton, científico sénior del Instituto de Política Científica Verde (Green Science Policy Institute), una organización independiente de investigación y defensoría ambiental en Berkeley, California.
Las sustancias se usan para hacer que los cosméticos duren más, y para hacer que se apliquen mejor, explicó Bruton. El informe no mencionó el nombre de ninguna compañía, aunque los investigadores dijeron que el problema está “generalizado”.
Hay más de 4.700 compuestos químicos PFAS distintos, dijeron los investigadores. Desde 1950 se han usado ampliamente en una variedad de productos del consumidor, según la Agencia de Protección Ambiental de EE. UU. Entre ellos se destaca:
Telas resistentes a las manchas.
Utensilios de cocina antiadherentes.
Esmaltes.
Ceras.
Pinturas.
Productos de limpieza.
Lamentablemente, los PFAS se consideran “compuestos eternos”, porque no se degradan de forma natural, apuntó Bruton.
Más bien, se acumulan en el cuerpo de los humanos y los animales. Por ello, se cree que todos los estadounidenses tienen niveles detectables de PFAS en el cuerpo.