En muchas culturas y corrientes espirituales, la sal es considerada un potente limpiador energético. No solo se usa para proteger ambientes o alejar malas vibras, sino también para liberar a las personas de las energías negativas que pudieron haber absorbido durante el día.
En ese contexto, el lavado de manos con sal es una forma sencilla pero efectiva de “resetearse” antes de ingresar al espacio personal.
Según especialistas en terapias holísticas, este gesto ayuda a cortar con la energía que uno trae del exterior: preocupaciones, tensiones, enojos o incluso malas vibras de otras personas.
En muchas culturas y corrientes espirituales, la sal es considerada un potente limpiador energético. No solo se usa para proteger ambientes o alejar malas vibras, sino también para liberar a las personas de las energías negativas que pudieron haber absorbido durante el día. En ese contexto, el lavado de manos con sal es una forma sencilla pero efectiva de “resetearse” antes de ingresar al espacio personal.
Según especialistas en terapias holísticas, este gesto ayuda a cortar con la energía que uno trae del exterior: preocupaciones, tensiones, enojos o incluso malas vibras de otras personas.