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Policiales
03/01/2024

Sigue grave el árbitro baleado en Las Cañas a la espera de que se descubra al autor intelectual

Sigue grave el árbitro baleado en Las Cañas a la espera de que se descubra al autor intelectual
Oscar Pérez ya pasó siete veces por el quirófano para aplacar las secuelas del balazo en la columna que lo dejó parapléjico.

“Todavía no sabemos quién lo mandó a matar, pero mi papá cada día que pasa empeora. El sedentarismo le trajo consecuencias, y hoy está internado, a la espera de una cirugía”. La frase, cargada de angustia y bronca, pertenece Facundo Pérez, el hijo del árbitro del torneo amateur de Las Cañas que fue baleado hace un año y siete meses.

El 30 de mayo de 2022 dos sujetos que se movilizaban en una motocicleta llegaron hasta el predio deportivo de Yerba Buena, donde se juega el torneo, identificaron a la víctima y le preguntaron: “¿vos sos Oscar Pérez?”, el réferi respondió que sí, y en ese momento uno de los desconocidos le disparó dos veces.

Uno de los balazos impactó en la parte baja de su columna, dejándolo prácticamente inmovilizado a causa de una paraplejía. A partir de ese trágico momento, Pérez ya fue sometido a siete cirugías.

La teoría más aceptada sobre el cobarde ataque sostiene que los agresores habrían atacado por encargo.

Por este hecho se arrestó a Ulises Gonzalo Abregú (23 años), a Juan José Cuevas y a José Agustín Paruja.

La hipótesis del crimen

Según la investigación que lleva adelante la Fiscalía de Atentados Contra las Personas, a cargo de Diego Hevia, Cuevas conducía la moto en la que se trasladaban los agresores.

Primero habría llevado a Paruja al predio de Las Cañas, simplemente para que señalara a la víctima. Luego se fueron, y Cuevas lo habría dejado en su casa para buscar a Abregú y trasladarlo hasta las canchas de fútbol, donde este fue el encargado de efectuar los disparos.

Una cámara de seguridad captó la patente del vehículo y a sus tripulantes. En noviembre de 2022, mediante un juicio abreviado, Abregú reconoció el hecho y fue condenado a ocho años de prisión por tentativa de homicidio; pero según la familia Pérez, el penado no reveló por qué habían atacado a Oscar ni quién les había encargado el crimen.

Por su parte, Paruja, quien había sido beneficiado con prisión domiciliaria, está prófugo desde el 14 de marzo pasado, cuando cortó la tobillera electrónica y desapareció del radar de la Justicia.

La principal hipótesis apunta a que la víctima fue atacada a raíz de haber terminado una relación con una mujer.

Tras la separación, la ex pareja del árbitro habría entrado en depresión, por lo que algunos allegados intentaron convencer a Pérez de reconciliarse.

Al no conseguirlo, lo habrían amenazado. Siguiendo esa línea, la investigación intenta localizar también a quienes planificaron el ataque, pero hasta el momento no se pudo probar quiénes fueron los que contactaron a Abregú y le encargaron que fuera a dispararle al árbitro.

Las secuelas del ataque

El ataque dejó a Pérez en silla de ruedas. La bala le dañó la novena vértebra y lo obligó a iniciar una rehabilitación con la esperanza de que algún día pueda volver a caminar; pero hasta el momento eso no fue posible. Quedó parapléjico y eso cambió su vida en todo sentido.

El árbitro, que además trabajaba como empleado de seguridad de un sanatorio, tuvo que reinventarse con el apoyo de su familia y de sus compañeros de trabajo. A 20 meses del hecho, el sedentarismo fue minando su salud.

“Perdió la sensibilidad del ombligo para abajo, lo que implica que necesita asistencia para ir al baño. En este momento está internado por una infección urinaria causada por el sedentarismo. Esto también le generó cálculos en el riñón, vesícula y en el páncreas; eso le provocó además una pancreatitis aguda, otra de las razones por la que está internado”, detalló Facundo en entrevista con el diario La Gaceta.

El joven detalló que vivieron un fin de año complicado, debiendo pasar las Fiestas en compañía de su padre en el sanatorio, a la espera de que las cirugías salieran bien.

Fue la séptima vez que Oscar Pérez necesita ser intervenido quirúrgicamente por las secuelas que le dejó el cobarde ataque, cuyo autor intelectual sigue impune.

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