Si bien existen tratamientos para reducir el dolor que provoca, muchos consumidores y profesionales de la salud se han centrado en una opción natural para aliviarla: la cúrcuma. Aquí repasamos por qué esta hierba puede ser de ayuda y qué precauciones debes tomar cuando usas sus suplementos.
Las articulaciones son el punto de contacto donde se unen dos o más huesos, como la rodilla, cadera, codo u hombro. Permiten que el esqueleto sea flexible, sin ellas, el movimiento sería imposible.
Ciertas lesiones o afecciones, como la artritis, pueden provocar dolor articular, normalmente porque se deteriora la capacidad de regeneración de los cartílagos (tejido esponjoso que protege las articulaciones).
Esto deja a los huesos desprotegidos, que rozan uno contra otro y producen inflamación, dolor y protuberancias óseas en la articulación, provocando así rigidez y dificultad de movimiento.
Para prevenir este daño los expertos aconsejan mantener una buena alimentación, evitar las sobrecargas, perder el exceso de peso, evitar o limitar el consumo de tabaco o cafeína y mantenerse activo.
Otra opción que en los últimos años cobró popularidad para aliviar el dolor articular es el uso de la cúrcuma.
Beneficios de la cúrcuma
La cúrcuma o turmérico (Curcuma longa) es una planta perteneciente a la familia Zingiberaceae. Esto significa que está emparentada con otras hierbas beneficiosas, como el jengibre o el cardamomo.
La cúrcuma es nativa de la India y se comenzó a utilizar cómo saborizante y colorante de arroz y carne, uso que luego se extendió para teñir lanas, algodones, sedas, cueros y papeles. También es uno de los condimentos esenciales del curry, y su principal componente es la curcumina, que le otorga su color y la mayoría de sus propiedades.
Cómo usar la cúrcuma para aprovechar todas sus propiedades
Además de su uso gastronómico, la cúrcuma ocupa un lugar muy importante en la medicina tradicional y alternativa originaria de India, mejor conocida como Ayurveda.