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22/06/2021

Suecia se enfrenta a la incertidumbre tras la destitución del primer ministro Lofven

El primer ministro sueco, Stefan Lofven, fue destituido el lunes en una moción de censura en el parlamento, sumiendo al país en una profunda incertidumbre política en el contexto de la pandemia del COVID-19.

Lofven, que fue derrotado tras casi siete años en el poder por un plan para relajar el control de los alquileres de los pisos de nueva construcción, tiene ahora una semana para dimitir y encargar al presidente del Parlamento la tarea de encontrar un nuevo Gobierno, o convocar unas elecciones anticipadas.

Ante el bloqueo parlamentario y la división que muestras las encuestas de opinión entre los bloques de centro-derecha y centro-izquierda, es posible que la crisis política no se resuelva rápidamente, aunque los economistas dicen que es poco probable que esto tenga un gran impacto en la economía.

“El Gobierno tiene ahora una semana para decidir y mantendremos conversaciones con nuestros partidos de cooperación”, dijo Lofven en una rueda de prensa tras la votación.

Los nacionalistas Demócratas de Suecia llevaron a cabo la moción después de que el Partido de la Izquierda, antes comunista, retirara su apoyo a la formación liderada por los socialdemócratas de Lofven por las reformas del control de los alquileres, un tema importante para muchos votantes.

La moción de censura, que requería 175 votos en el parlamento de 349 escaños para ser aprobada, fue apoyada por 181 legisladores.

Lofven, de 63 años, es el primer jefe de Gobierno sueco destituido por una moción de censura presentada por la oposición en el país, que es miembro de la Unión Europea y tiene una población de unos 10 millones de habitantes

No está claro a quién podría recurrir el presidente para formar un nuevo Gobierno debido a la composición del Parlamento, pero los sondeos de opinión sugieren que unas elecciones anticipadas tampoco aportarían mayor claridad.

Lofven logró un segundo mandato en 2018 solo después de meses de negociaciones tras unas elecciones en las que los Demócratas de Suecia, contrarios a la inmigración, lograron un crecimiento notable, redibujando el mapa político.

Desde entonces lidera un frágil Gobierno minoritario de socialdemócratas y verdes, apoyado por sus antiguos rivales políticos, el Partido del Centro y los liberales, pero que necesita la aprobación tácita de la izquierda.

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