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Salud
23/04/2025

Tuberculosis: un viejo asesino invencible

Tuberculosis: un viejo asesino invencible
Si desde hace décadas existe cura y vacuna contra la tuberculosis, ¿por qué la enfermedad sigue matando a más de un millón de personas al año?

Un cuarto de la población -unos 2.000 millones de personas- vive con tuberculosis latente sin saberlo. Portan el microbio, pero no desarrollan la enfermedad ni pueden contagiarla, pero corren el riesgo de que esa latencia se active en algún momento.

Hablamos de una enfermedad que podemos tratar desde la década de 1950 y para la cual existe una vacuna, y que sin embargo cada año mata a un millón de seres humanos.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) se ha comprometido a reducir los casos en un 80 por ciento hasta 2030. Sin embargo, los esfuerzos de control sufrieron un duro golpe con la aparición del covid-19, que revirtió años de progresos al centrarse la atención global en controlar la pandemia.

Ahora, la tuberculosis de nuevo es la enfermedad infecciosa más mortal del mundo, y si bien afecta de manera desproporcionada a los países más pobres, las naciones desarrolladas no son inmunes. Reino Unido informó un aumento del 14 por ciento en los casos de tuberculosis en 2024, mientras que Estados Unidos registró en enero de 2025 su mayor brote de la historia.

¿Qué es la tuberculosis?

Restos óseos que datan del año 4.000 antes de nuestra era muestran que la tuberculosis ha estado infectando a los seres humanos desde hace miles de años, propagándose a través de gotas en el aire cuando las personas enfermas hablan o tosen. La enfermedad es causada por la bacteria Mycobacterium tuberculosis, identificada por vez primera en la década de 1880 por el científico alemán Robert Koch.

A diferencia de muchas enfermedades causadas por microbios, la tuberculosis puede permanecer latente durante décadas sin causar síntomas. Cuando se activa, a menudo a causa de una baja importante en las defensas, ataca los pulmones y puede propagarse por todo el cuerpo. Los síntomas habituales incluyen tos con expectoraciones sanguinolentas, fiebre y pérdida de peso.

La tuberculosis ha demostrado ser muy resistente y difícil de contener. Y si bien existen formas de diagnosticar y tratar la enfermedad, también hay barreras que siguen impidiendo su total eliminación.

“El precio de las pruebas sigue siendo demasiado alto”, dice Jasmin Behrends, responsable de comunicaciones de Médicos sin Fronteras. La OMS estima que cada año cerca de tres millones de casos de tuberculosis no son diagnosticados, lo que crea un reservorio para que siga habiendo contagios.

“Necesitamos pasar de una búsqueda pasiva de los casos a una activa, incluso a una búsqueda intensiva, entre quienes acuden a los centros de salud”, dice el doctor Mohammed Yassin, asesor principal sobre la tuberculosis para el Fondo Mundial, una organización que busca acelerar el fin de enfermedades como el sida y la malaria.

Resistencia a los antibióticos

Las bacterias de la tuberculosis pueden desarrollar resistencia a los antibióticos, especialmente cuando los tratamientos se interrumpen o son incompletos. El procedimiento estándar contra la enfermedad requiere la administración constante de múltiples antibióticos durante seis meses, un régimen que muchos pacientes tienen dificultades para completar debido a los efectos secundarios, el estigma o el acceso limitado a la atención sanitaria.

La tuberculosis multirresistente requiere incluso de tratamientos más extensos, más tóxicos y más caros. La OMS estimó en 400.000 los nuevos casos de tuberculosis multirresistente solo en el año 2023.

La primera y única vacuna contra la tuberculosis, conocida como BCG, fue desarrollada hace más de un siglo. Si bien protege a los niños de las formas más graves de tuberculosis, ofrece una protección mínima a los adultos. El problema es que las oportunidades de trabajar mejores vacunas se han visto limitadas por la falta de financiamiento.

Así, mientras las vacunas contra el SARS-CoV-2 recibieron casi 80 mil millones de euros de financiamiento para su desarrollo, la investigación de la vacuna contra la tuberculosis ha recibido solo 967 millones de euros en los últimos 11 años.

¿Se puede erradicar?

Nuevas herramientas de diagnóstico pueden detectar la tuberculosis en cuestión de horas en lugar de semanas, lo que permite un tratamiento más rápido y eficiente. Además, varias vacunas se encuentran en fase avanzada de ensayos clínicos. De hecho, el Consejo Acelerador de Vacunas contra la Tuberculosis, lanzado en 2023, tiene como objetivo apurar el desarrollo aplicando las lecciones aprendidas durante la pandemia del coronavirus.

Pero para derrotar a la tuberculosis se necesita una acción multisectorial: fortalecer los sistemas de atención de salud, abordar la pobreza y la desnutrición, mejorar las condiciones de vivienda para reducir los riesgos de contagio y garantizar el acceso universal al diagnóstico y tratamiento.

En 2023, una reunión de alto nivel de Naciones Unidas renovó estos compromisos. Yassin destaca que “activistas, sobrevivientes, científicos y donantes se han unido para exigir un cambio”. El experto espera que el impulso de la reunión de la ONU haga que los líderes se den cuenta de la urgencia de erradicar esta enfermedad “en un futuro cercano”.

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