Según el iracundo policía, el camión pasaba en medio de un grupo de perros que le ladraba y uno de ellos terminó chocado. Inmediatamente se presentó un funcionario policial fuera de servicio ofuscado, culpando al conductor del transporte.
El camionero se habría disculpado y seguido la marcha. Pero el efectivo se subió a una moto y salió en persecución del camión.
Lo alcanzó cuadras más adelante, en un semáforo. Allí, el policía se habría trepado al estribo del camión y asestado una trompada al chofer a través de la ventanilla.
Lejos de detenerse, el camionero continuó la marcha con destino a una comisaría para denunciar al sujeto, ignorando que por detrás lo seguía el policía. Otra vez se detuvieron frente a un semáforo. Allí, el motociclista habría recogido piedras que arrojó contra el camión y provocado el estallido del parabrisas y vidrios laterales.
Otra vez, el camionero aceleró y recién se detuvo en una comisaría, donde radicó la correspondiente denuncia.
Alertada, la fiscal Cecilia Rímini identificó al efectivo policial y le dictó medidas: cese de toda hostilidad y restricciones.