En un estratégico trabajo conjunto, personal de la Comisaría Seccional Tercera y del Cuerpo Especial de Rescate y Operaciones (CERO) dieron cauce a una medida judicial y apaciguaron una situación, que podría haber terminado en una fatalidad, dando activación al Protocolo por Situación de Crisis.
Este jueves, pasadas las 20 horas, un equipo de la Comisaría Tercera se presentó en una vivienda, ubicada al 800 de la calle Matienzo, para hacer efectiva una orden de exclusión del hogar y prohibición de acercamiento de un hombre en beneficio de su anciana madre, dado que esta sufría constantes maltratos por parte de su vástago. Al arribar al lugar, la víctima manifestó que el causante no se encontraba allí y que desconocía su paradero.
Ante ese contexto, los uniformados iniciaron una búsqueda zonal que concluyó cuando dieron con el imputado, en la esquina de calle Amador Lucero y pasaje Agustín García y fue así que, al interceptarlo, este entró en un colapso nervioso y sacó, de entre sus prendas, un objeto metálico, conocido comúnmente como “punta carcelaria” con el que amenazaba lastimar a los servidores públicos y luego acabar con su propia existencia.
Por la gravedad del acontecimiento, los efectivos solicitaron la urgente intervención del CERO ya que notaron que la inestabilidad psicológica del agresor acrecentaba sus niveles de violencia a cada minuto que pasaba.
Poco después, el lugar se llenó de especialista policiales en negociación que, tras un intenso trabajo, lograron contener al causante y sosegarlo, pudiendo extraer el arma blanca con la que hubiera perpetrado el deceso.
Finalmente, una ambulancia dependiente de la Dirección de Emergencias 107 trasladó al involucrado al Hospital Padilla para correspondiente asistencia y, una vez estabilizado, los agentes policiales procedieron a aprehenderlo y dar cumplimiento a la causa prístina, que pesaba sobre el susodicho, sobre violencia familiar.