A tan solo unos días de la promulgación de la Ley Olimpia, una normativa que incorpora la violencia digital a la Ley 26.485 sobre Protección Integral a las Mujeres, fue ordenada en el Centro Judicial Monteros. La jueza Mariana Rey Galindo, a cargo del Juzgado de Familia y Sucesiones, utilizó esta herramienta legal para proteger la intimidad de una menor y su mamá, en un caso que involucraba a una pareja separada.
En el fallo, que fue emitido el pasado miércoles, la jueza Rey Galindo consideró que el denunciado había difundido imágenes de una niña menor de edad, hija de las partes en conflicto, que contenían información judicial que debía mantenerse en privado. “Esto no solo vulneró el derecho a la confidencialidad, sino que también afectó la privacidad y seguridad de la niña y su madre. La jueza concluyó que estos actos constituían “una clara violencia familiar facilitada por las nuevas tecnologías”.
Como resultado, la magistrada ordenó la eliminación inmediata de cualquier publicación en redes sociales relacionada con la niña y su mamá, y también prohibió la difusión de imágenes o datos personales que se refieran a ellas, bajo amenaza de sanciones económicas por cada día de incumplimiento.
En la misma resolución, Rey Galindo hizo hincapié en la importancia de no separar la violencia en línea de la violencia en el mundo “real”, ya que ambas están interconectadas y forman parte de un mismo fenómeno. La Ley Olimpia busca proteger la dignidad, reputación, identidad e intimidad de las mujeres y niñas en el ámbito digital, asegurando que la violencia no tenga cabida ni en Internet ni en la vida cotidiana.
De que trata la Ley Olimpia
La Ley Olimpia, bautizada en honor a la destacada activista Olimpia Coral Melo, quien sufrió la difusión de imágenes íntimas y se convirtió en un ícono de la lucha contra la violencia digital en América Latina, tiene como objetivo salvaguardar los derechos y bienes digitales, así como el acceso y desenvolvimiento en el ámbito digital. Esta ley aborda de manera integral los delitos que atenten contra la intimidad sexual de las personas a través de medios digitales y la difusión no consensuada de contenido íntimo, así como otros comportamientos dañinos en línea, como el acoso y el espionaje.