No es lo mismo decir que vas a tratar a un paciente de depresión severa con una técnica llamada “Terapia Stanford de Neuromodulación Inteligente Acelerada“, a decirle que le vas a tratar con “SAINT”, nombre mucho más angelical y sencillo de recordar.
Y hablando de recordar, haríais bien en acordaros de esas siglas, “SAINT” porque si se confirma lo que los expertos del BSL (Laboratorio de Estimulación Cerebral de la Universidad de Stanford) acaban de hacer público, es posible que muy pronto los aquejados de casos persistentes de depresión puedan encontrar una cura, como ha hecho casi el 80% de los participantes en el estudio del que hoy voy a hablaros.
En el estudio en cuestión, participaron 29 personas que mostraban resistencia a los tratamientos estándares contra la depresión. Sus edades oscilaban entre los 22 y los 80 años, y todos habían sufrido depresión durante una media de 9 años. Los participantes se dividieron en dos grupos. Uno de ellos recibió el tratamiento SAINT, mientras que con el grupo de control se simuló el procedimiento, aunque no se llegó a aplicar la neuromodulación. ¿El resultado? Pues como os había indicado anteriormente, cinco días después del tratamiento experimental el 78,6 de los participantes que fueron tratados con SAINT dejaron de estar diagnosticados de depresión, según varios procesos de evaluación. No solo eso, los resultados parecieron prolongarse en el tiempo una vez cesó el tratamiento.
Como cualquier tratamiento, el SAINT provocó efectos adversos secundarios, entre los que destacaban la fatiga temporal y los dolores de cabeza, aunque no se consideraron graves, sobre todo si se compara con los que producen los tratamientos de electro estimulación empleados hoy en día, como por ejemplo el llamado “estimulación magnética transcraneal”. Este tratamiento, el único aprobado por la FDA (el organismo regulador norteamericano en temas de salud y alimentación) en la actualidad, se administra diariamente durante seis semanas, y aun así solo la mitad de quienes se someten a él mejoran. De hecho, solo un tercio de los pacientes consigue superar la depresión con esta técnica.